LOS OTROS CANDIDATOS

De Smara a la libertad

Sin perder la sonrisa 8 Ali, tras la entrevista, la semana pasada en el Parlament.

Sin perder la sonrisa 8 Ali, tras la entrevista, la semana pasada en el Parlament.

FIDEL MASREAL BARCELONA

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Abdelahe Ali Ahmed no soporta el verbo imponer. "La idea de obligar e imponer no debe de existir en el ser humano. Lo veo aquí en Catalunya respecto a España y también en mi situación como saharaui, cuando me dicen que Sáhara Occidental es marroquí".

Ahmed habla sin dejar de sonreir y con la misma intensidad con la que vive. Pocos meses después de nacer en Smara, en el Sáhara, en 1975, su madre fue encarcelada en el conflicto de la marcha verde y la família Ahmed huyó al campo de refugiados de Tinduf, en Algeria. Dedicó nueve años a formarse en Cuba y regresó a la misma escuela donde creció de pequeño. Esta vez, a dar clases. La Rutllana, una entidad badalonina de , se cruzó en su destino en Tinduf y le fichó como educador. Primero allí, después en Badalona, hasta que el gobierno local del PP suprimió estas prestaciones.

En el 2004 conoció a su mujer, Georgina, en cuya família se había acogido a un niño saharaui. Ella quiso viajar al Sáhara. Y en un foro de internet preguntó información y descubrió a Abdelahe.

Agradecimiento

Pero no todo ha sido fácil. Como cuando años atrás la pareja intentaba entrar en una discoteca y a él le cerraron la puerta. "Ya está lleno el cupo de inmigrantes", alegaron. Y ahora, cuando ha dado un paso adelante y ha aceptado la oferta de ERC-Junts per Pineda para ir en la lista municipal de la ciudad donde viven, tampoco se ha ahorrado comentarios recelosos en Facebook, por su condición de musulmán. Él, sin embargo, lo relativiza. Y no deja de sonreir. No siente que su fichaje, en el que ocupa el modesto puesto número 15 como independiente, sea un gesto tacticista de ERC. "Si me hubieran puesto en los 11 primeros no lo hubiera aceptado porque me gusta medir donde puedo estar. En unos años quizás me gano el puesto". Tiene claro porqué ha aceptado el reto: "Catalunya me ha ayudado, me ha dado de comer y estoy agradecido".

Lo hace también para conseguir su objetivo de ver la independencia de sus dos países, el que consta en el lugar de nacimiento de su recientemente conseguido pasaporte español (Sáhara occidental) y Catalunya. Cuando se le pregunta por la posición del Gobierno español y catalán sobre Marruecos y el Sáhara, pasa de las convicciones a la indignación. "Ha pasado con Aznar, con Zapatero, con todos. Son tan miserables que han puesto los intereses de La Caixa, de empresas textiles y de los grandes empresarios del turismo que ejercen en Marruecos incluso en aguas del Sáhara, por encima de la vida de mi família, por cuatro duros. Han sido muy miserables. Y el Govern de Mas, miserable igual porque en muchas instituciones el Sáhara no consta como país".

Anima a la integración a los catalanes de origen extranjero: "Si en Pineda me dicen 'soy de Senegal', digo mal fet porque si la gente no es consciente de que pagas los impuestos en Pineda y eres de Pineda, si no dices 'soy de Pineda', mal fet. Los políticos no supieron llegar a esta gente. No supimos darle la bienvenida, y los emigrantes no supimos buscar nuestro encaje".

Su mujer, trabajadora social, añade que aún hay muchos prejuicios, como los vecinos que dicen que los servicios sociales priorizan a quien "es negro o lleva pañuelo". Ella también ha sufrido comentarios recelosos, pero hace como él: sonríe.