INFORME DE TRANSPARENCIA INTERNACIONAL

España es el cuarto país con los lobis más opacos

IOLANDA MÁRMOL MADRID

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La situación es preocupante. Lo admite Transparencia Internacional en un estudio que se presentará este miércoles en Madrid y que sitúa a España en el cuarto puesto -de los 19 países analizados- con mayor opacidad en la dinámica con la que operan los lobis. La razón principal es la ausencia de una regulación estatal, y la consecuencia más directa, el peligro de que los poderes públicos se dejen influir por unos grupos de presión que permanecen enmascarados. Según el análisis de la oenegé, solo Chipre, Hungría e Italia están en una posición peor a la española. El índice medio de calidad de la regulación en la UE se sitúa en un 31%, diez puntos por encima de la media en España (21%-) y lejos de los países mejor valorados como Eslovenia (55%), Lituania, (53%) y Reino Unido (44%).

El estudio pone de relieve que ninguno de los estados analizados alcanza a tener cortafuegos plenamente efectivos contra la influencia indebida de los lobis para modelar las decisiones políticas a su favor, pero pone el énfasis en que el riesgo aumenta donde no existe legislación que establezca reglas claras, como el caso de España. El documento señala que hay «influencia escondida» e «indebida» que supone claros conflictos de interés, y destaca la opacidad de las relaciones entre el sector financiero y los poderes públicos en países como España. «Las iniciativas de reforma del sector financiero implementadas tras la crisis a nivel nacional y en el ámbito de la UE se han visto frustradas y debilitadas, en gran parte debido al intenso lobby impulsado por el sector financiero en Europa», asevera el estudio.

El responsable de la parte española del informe, Manuel Villoria, confirma en declaraciones a este diario que en la relación de los grupos de presión con la esfera política «hay datos que invitan a pensar que ha habido un lobi tácito que ha impedido actuar adecuadamente a los organismos correspondientes», y lo ejemplifica con la «opacidad» en el funcionamiento del FROB, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, el organismo que ha pilotado el rescate a bancos y cajas.

Sector sanitario

Para Villoria, otro foco de lobi indebido se halla en el sector sanitario, haciendo que las políticas de salud se centren más en la curación -que genera negocio de ventas a las farmacéuticas- que en la prevención de las enfermedades. Finalmente, Villoria señala el sector energético y la peligrosidad de las puertas giratorias.

El informe recomienda que se regule de forma inmediata a los lobis pero también al sector público para evitar corruptelas. La oenegé propone que se hagan públicas las agendas de los politicos, que se deje huella legislativa, y se limiten las puertas giratorias.

En España, las asociaciones de lobistas vienen pidiendo sin éxito una legislación específica que regule su sector en todo el Estado. La iniciativa en el Congreso de los Diputados para hacerlo ha quedado arruinada tras la reciente ruptura de negociaciones entre los partidos, al parecer, ajenos a la advertencia del informe: «La ausencia de reglas fomenta riesgos de abuso de poder».