Pedro Sánchez: "Si el Senado no viene a Barcelona, mejor cerrarlo"

E. H. / BARCELONA

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-En Catalunya existe la convicción de que, históricamente, el Estado ha favorecido a Madrid en detrimento de Barcelona. ¿Qué papel reservaría a Barcelona un gobierno presidido por Pedro Sánchez?

-P.S.: España irá bien si a Barcelona le va bien, y el partido socialista siempre ha sido municipalista. Porque, como decía Pasqual Maragall, cuando arreglas un barrio arreglas el mundo. En los últimos años es evidente que ha habido un recorte sustancial de las inversiones en Barcelona por parte del Gobierno de PP, y también una dialéctica de confrontación permanente con el Gobierno de Catalunya. Ha sido así porque el PP no tiene proyecto de país; solo busca la confrontación territorial, particularmente con Catalunya. Yo apuesto por construir la España federal, y ya va siendo hora de descentrar las instituciones, singularmente en Barcelona.

-¿Como por ejemplo?

-P.S.: El Senado...

-¿Y no tienen nada mejor?

-P.S.: Otro Senado. Si hay un Senado federal, a Barcelona, y si no es posible, mejor cerrarlo. Una España federal deberá reconocer que no todo pasa por Madrid, ni en inversiones ni en representación institucional.

-J.C.: Esa es la doble clave: inversión en infraestructuras y reconocimiento de la pluralidad del Estado en clave federal. En Barcelona tenemos grandes infraestructuras del transporte que están paradas, como la línea 9 del metro y la estación de la Sagrera. Para eso hacen falta fondos del Estado o recursos procedentes del plan Juncker. Trias y Mas han pactado con ERC una hoja de ruta según la cual dentro de 18 meses se proclamará un Estado catalán con una constitución propia. Cuando yo sea alcalde y tú presidente, la hoja de ruta que te propondré es que en 18 meses tengamos previsto y planificado un plan de inversiones en infraestructuras del transporte en Barcelona. Todavía no he visto a ningún dirigente de la Generalitat o del Ayuntamiento plantear al Estado la necesidad de activar esas obras con el plan Juncker. Pero para eso hace falta un presidente del Gobierno que crea en Barcelona, nada que ver con el actual diálogo de sordos entre el PP y CiU, que paraliza nuestras infraestructuras y afecta a la vida de la gente. Por otro lado, en los estados federales no es ninguna excepcionalidad que haya instituciones en ciudades distintas a la capital, lo que les confiere mayor legitimidad. Yo sé que eso no es fácil...

-P.S.: No es tan difícil. Es una cuestión de cohesión territorial. En España no estamos jugando qué tipo de recuperación queremos, si es justa o si se produce a costa de la cohesión social y territorial. La cohesión territorial también se refuerza haciendo visibles la singularidades de territorios como el catalán, y reconociendo que hay instituciones que pueden funcionar en Catalunya, en Andalucía o en el País Vasco igual o mejor que en Madrid.

-Supongo que ambos son conscientes de que el proceso constituyente o reconstituyente que propone el PSOE frente al reto del soberanismo catalán carecerá de credibilidad mientras siga oponiéndose el PP, esté en el poder o en la oposición. 

-P.S.: Vamos sí o sí hacia una reforma constitucional. Incluso Ciudadanos, que antes tenía un mensaje muy españolista, admite ahora que hay que abrir un proceso reconstituyente, lo dijo el propio Rivera. Entre el inmovilismo y el rupturismo estamos los reformistas, que nos iremos abriendo camino. Es inconcebible que aún no se haya abierto esa senda de reformas para mejorar el marco de 1978. Además, estoy convencido de que un PP sin Rajoy entrará en la reforma constitucional, porque su posición no es monolítica.

-J.C.: El desafío que viene de Catalunya es algo más sofisticado que la apuesta independentista. La inmensa mayoría de la sociedad catalana quiere un cambio; en parte eso se expresa en el independentismo y en parte, en un nuevo pacto. Lo inteligente políticamente en los próximos años es captar la profundidad de esa demanda en Catalunya, que también se produce, por otros motivos, en el resto de España.

-¿Con quiénes están dispuestos a pactar, para gobernar y para llevar a cabo esas reformas, y con quiénes no lo harían en ningún caso?

-P.S.: Vaya por delante que en Barcelona Jaume tiene todo mi apoyo para buscar los pactos y los apoyos que considere oportunos para ser el próximo alcalde. En el conjunto de España, no pactaremos con el PP, que apuesta por la desigualdad, y a la hora de llegar a acuerdos estaremos más en el para qué que en el con quién. Contarán con nuestra complicidad aquellos partidos que estén dispuestos a abrir un proceso de reforma constitucional, a revisar la reforma laboral para recuperar los derechos perdidos y a suprimir los copagos farmacéuticos y hospitalarios que ha puesto en marcha el PP.

-J.C.: Si mi candidatura es la más votada y no tengo mayoría para gobernar, buscaré acuerdos en base a un acuerdo de progreso: propuestas, contenidos y solvencia, lo que ya excluye a algún partido. Pero si la candidatura que encabezo no acaba siendo la más votada, no tengo en la cabeza ni hacer alcalde a nadie, ni dar apoyo a nadie. Me dedicaré a ejercer una oposición constructiva, como hemos venido haciendo en los últimos meses.