Baltasar Garzón: "En España la lucha contra la corrupción es artesanal"

Recién 'aterrizado' del AVE, Baltasar Garzón entra en el hotel donde se aloja para participar hoy en unas jornadas de Cornellà Creació que organiza el Ayuntamiento de la ciudad. A pesar de los cinco años que lleva inhabilitado, justamente por la instrucción del 'caso Gürtel', el juez, ahora con una dimensión mucho más internacional ('caso Assange', asesor de la presidenta de Argentina), sigue levantando expectación.

--¿Qué ha cambiado en 19 meses para que ahora Luis Bárcenas pueda salir de la cárcel?--A veces no se entienden las decisiones judiciales, lo que no significa que no estén bien tomadas. Y lo que ha pasado es que deben de haber variado los preceptos que lo llevaron a la prisión. Estemos o no de acuerdo. Es decir, el tribunal considera que la instrucción ha finalizado; que no hay riesgo de sustracción ni alteración de pruebas. El tema es si eso se ajusta a la realidad. El 'caso Gürtel' es solo una pieza. Hay otras que ahora vendrán en cascada. Si también están concluidas hay que explicar que ya no es necesaria esa encarcelación. Se hace difícil explicar, con una petición del fiscal de 40 años de cárcel.

--Usted calificó la entrada de Bárcenas en prisión como de "medida terapéutica". ¿Cómo califica ahora su excarcelación?--Pues como una medida que debe ser explicada. Ambas descripciones son compatibles. Un juicio como este, en la fase en la que está el proceso, se podría celebrar, perfectamente, en seis meses. El 'escándalo Gürtel' es el caso de corrupción más grave de la democracia española y afecta de manera potente al partido ahora en el Gobierno.

--El tiempo le ha dado la razón. Bárcenas era el jefe de una extensa trama de corrupción.

--Cuando yo inicié la investigación, Bárcenas estaba aforado. Y no se pudo investigar la relación con el PP. Me siento reconfortado con que el procedimiento haya seguido.

--¿Por qué es tan difícil legislar sobre la financiación de los partidos?

--No es difícil. Lo que pasa es que no se ha querido. La penalización de la financiación ilícita es sencilla. Solo falta voluntad política. Los partidos deben de jugar con las mismas reglas de transparencia que tenemos los demás. Y hace 20 años la ciudadanía tampoco tenía un especial interés en que fuera regulada.

--Ahora sí.

--Sí, porque se han juntado un alud de casos con la crisis económica y eso nos ha llevado al estrangulamiento de la confianza en las instituciones. Y ha reventado.

--¿España es un país corrupto?

--No, porque se combate. Eso sí, esa lucha es artesanal. Hay muchos, dentro y fuera del poder judicial, que no han hecho nada. En España sí ha existido una indiferencia hacia la corrupción que se arrastra desde el franquismo. Como no importa que haya 150.000 víctimas de la dictadura. Ha habido banalización. Ahora ya no, porque nos duele.

--¿Qué anticipa que pasará con la querella contra Artur Mas?--Yo fui crítico, porque entiendo que no hay delito. Se investigará y creo que está abocada al archivo.

--¿Quién cree que asesinó al fiscal argentino Alberto Nisman?

--Está siendo investigado. Pido que la investigación avance. No tengo elementos para emitir una opinión. Creo que el Gobierno argentino no tiene nada que ver con esta historia porque es el principal perjudicado. Es un ataque a la estabilidad.

--¿Qué le parece la prisión permanente y revisable que impulsa el Partido Popular?

--Me parece desproporcionada. Desde 1928 no está vigente. Han pasado dictaduras, monarquías... No hay ninguna razón para que en el 2015 el PP, en solitario y contra tirios y troyanos, decida que la cadena perpetua es la medida que nos va a salvar de todo.

--¿Conoce el revuelo levantado en Barcelona tras la emisión de un documental...--¿Ciutat morta? Creo que si el documental se confirma solvente se impondría una revisión del caso para ver si hubo personas que no deberían de haber sido condenadas. Podría ser una reparación para la chica [Patricia Heras] que murió y que siempre defendió su inocencia.

--¿Ayudaría al Barça en su pleito con la FIFA?

--Soy demasiado parcial. Pero sí es verdad que el fútbol vive en una burbuja propia que debería ajustarse a las leyes que ordenan el resto de actividades.