Mas fija su plan independentista tras el 9-N al margen de los partidos

FIDEL MASREAL / Barcelona

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El president de la Generalitat, Artur Mas, cogerá hoy una de las mesas electorales del 9-N, se subirá en ella (metafóricamente) y, desde esa plataforma, propondrá a los catalanes los siguientes pasos «hacia la libertad». Mas guarda celosamente el contenido de la conferencia que hoy pronunciará en el Auditori del Fòrum, pero todo apunta a que defenderá la conveniencia, dado que el Estado rechaza el referéndum, de articular una lista electoral sin siglas de partidos con el compromiso de trazar el camino a la independencia (la «libertad») en un proceso gradual, esto es, con una serie de etapas antes de proclamar la secesión. Un viaje al que ERC quedará oficialmente invitada pero que Mas puede decidir emprender sin los republicanos. ¿Cuándo? Esta es la carta que el president, previsiblemente, seguirá guardando en la manga para marcar la pauta.

A juicio de Mas, las próximas elecciones catalanas han de ser lo más parecido a la consulta referendaria. Y la mejor manera de hacerlo es aunar a los independentistas bajo un mismo paraguas en favor de la «libertad», junto a representantes de la sociedad civil y de espacios ideológicos transversales.

Mas ha convocado a más de 3.000 personas a su conferencia. Tras superar el momento crítico del proceso soberanista, cuando se quedó solo defendiendo el sucedáneo de consulta, el líder de CiU sacó pecho el 9-N por el éxito del proceso participativo. Desde entonces ha recuperado fuelle. Ha conseguido foco mediático. Y, lo que es más importante, tiene el mando del calendario.

NO DAR PASOS EN FALSO / Fuentes de CDC consideran improbable que hoy Mas concrete fechas. Sería cerrarse puertas innecesariamente, apuntan. Lo que sí hará, dicen, será marcar el ciclo: seguir avanzando en lo que «genere mayorías». Esta ha sido siempre la obsesión de Mas y de su partido: dar pasos adelante que puedan consolidarse.

Gradualismo, pero sin pausa. Si la candidatura «por la libertad» obtiene una mayoría absoluta, inmediatamente -tal como plantea el Consell Assessor per a la Transició Nacional- se debería proclamar en el Parlament la voluntad de abrir el camino hacia la independencia. Si el Estado se niega a negociarla, en otro periodo de tiempo (el Consell habla de seis meses) se proclamaría la independencia de forma unilateral. En paralelo han de construirse las llamadas estructuras de Estado para afianzar esta posición.

La voluntad unitaria es marca de la casa del líder convergente. «La construcción del país por encima de las derechas y las izquierdas», proclamaba en el 2007 en otra conferencia solemne . Y esta necesidad de superar diferencias impregnará el discurso de hoy. No en vano, la conferencia se titula Tiempo de decidir, tiempo de sumar. Por todo ello, la presión a ERC (que prefiere que cada partido se presente por su cuenta y se pacte un punto programático) será indirecta pero contundente. No en vano, CDC y ERC llevan batallando desde el 9-N por marcar la pauta. Un ejemplo: los republicanos han decidido callar sobre la propuesta que hoy haga Mas. El líder de ERC, Oriol Junqueras, hará su propia propuesta el próximo martes.

Para no desdibujar la apuesta de Mas, ayer CDC restó importancia a la encuesta del GESOP para EL PERIÓDICO según la cual Convergència y ERC sumarían más escaños por separado que con una lista conjunta. Esquerra en cambio recibió favorablemente el sondeo, pues lo ve como algo lógico que refuerza su tesis contraria al abrazo de Mas.

AVANZAR O NO AVANZAR / El president hablará hoy del qué y el cómo (aunque habrá que ver hasta qué punto concreta los pasos hacia la independencia), pero se guardará casi con seguridad la carta  del cuándo. El número dos convergente, Josep Rull, alerta: el trigo se siega en el momento justo, ni antes ni después. Una de las claves del discurso de Mas será si condiciona las elecciones a que haya lista unitaria. O dicho de otro modo, si deja abierta la posibilidad de no avanzar elecciones.

A favor de avanzar la convocatoria se sitúa la presión de ERC y la ANC. El vicepresidente de esta entidad, Jaume Marfany, avisó ayer en en una entrevista a EL PERIÓDICO que no aceptarán que se agote la legislatura. Otro argumento a favor es la necesidad de aprovechar el momento álgido del independentismo tras el 9-N y con la querella contra Mas, Joana Ortega e Irene Rigau como acicate. A favor también, que apurar la legislatura obliga al Govern a hablar de política social y recortes y a buscar aliados cada día.

En contra, un mapa político efervescente y poco sólido, con fenómenos que lo distorsionan, como el auge de Podemos. Y un dato: la última vez que Mas avanzó elecciones, perdió 12 escaños.