Monago viajó 16 veces a Canarias a cargo del Senado

El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, protagonizó ayer una comparecencia poco habitual entre aquellos que ven su nombre salpicado por algún tipo de malversación de fondos o corrupción. El barón popular convocó a los medios para intentar demostrar con documentación su inocencia y que no viajó a Canarias a ver a su pareja en la pasada legislatura con cargo al Senado. Si bien dejó lagunas puesto que la información aportada necesita de un cotejo posterior y el político tan solo la mostró a la prensa durante unos minutos. La oposición de hecho le advirtió de que persisten las dudas y le pidió que registre las pruebas en el parlamento regional para que se pueda proceder a su revisión.

Monago presentó un certificado en el que el letrado mayor del Senado acredita que viajó en poco más de año y medio 16 veces a Canarias «y no 32», como difundió Público. Lo que se calló y solo confesó ante las preguntas de la prensa es que eran viajes de ida y vuelta, en total 32 vuelos, motivados por «cuestiones de trabajo variadas» en las que no entró con detalle. Habló de la asistencia a reuniones del PP canario, encuentros para apuntalar la estrategia de defensa del tabaco español o para hablar de los planes de empleo. Después mostró noticias y fotografías sobre su presencia en el archipiélago la pasada legislatura.

El presidente extremeño exhibió además el extracto de la tarjeta de crédito con la que en ese periodo hizo 22 vuelos con carácter privado a distintos puntos de la geografía nacional. «Si pagué esos 22 vuelos privados, pudiendo hacerlo a costa del Senado gratis, por qué he sufrido este linchamiento», denunció. «Quien paga ahora el honor mío y de mi familia», lamentó.

LA AUSTERIDAD

Monago se presentó como un político austero, que ha renunciado a «privilegios», cobra menos que otros presidentes autonómicos, no tiene «parabólica», trabaja hasta altas horas de la madrugada y a veces come «en la barra de un bar». Y tal como hizo hace una semana, cuando se destapó el escándalo, situó el origen de la filtración es su pretensión de remover «los cimientos» y atajar la corrupción, una acusación que podría apuntar tanto al PSOE como al propio PP, donde algunos correligionarios no le tienen simpatía porque en ocasiones va por libre. De hecho, el extremeño valoró el apoyo recibido por Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal pero admitió que echó «de menos alguna llamada». Pese a ello, aseguró que se va a presentar a la reelección y auguró que «ganará» las autonómicas dado que, tras la polémica, está «más fuerte que nunca».

La vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, le arropó ayer por haber «dado la cara», mientras que el ministro José Manuel Soria, sentado junto a ella en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, manifestó que la defensa de los intereses del archipiélago en la Cámara alta la efectúan los senadores por esta circunscripción. El también presidente del PP canario enturbió así la versión de Monago de que acudió a las islas para trabajar en asuntos de interés canario y extremeño. Soria certificó no obstante que el barón sí asistió a actos del partido.

NEGOCIACIONES EN EL CONGRESO

El caso Monago ha provocado que las Cortes estudien fórmulas que mitiguen la opacidad que rodea a los desplazamientos de los parlamentarios. Las negociaciones entre los grupos continuaron ayer, pero aún no hay acuerdo. El PP propone que sean los partidos los que supervisen si el viaje está justificado. El presidente del Congreso, Jesús Posada, por su parte, está dispuesto a que la institución publicite el coste global de los mismos. Pero el PSOE dice querer ir más allá y que sea la Cámara quien controle los motivos de los traslados y luego los publique.