La 'lideresa' pide «perdón» por el «error» de confiar en Granados

Como una ciudadana más, Esperanza Aguirre se confesó ayer «harta del espectáculo de corrupción» con el que se encuentra «cada mañana en la prensa». La presidenta del PP de Madrid, eso sí, pidió «perdón» por el «error» de haber confiado al ahora detenido Francisco Granados cargos orgánicos y en el Gobierno de la comunidad que ella misma presidió hasta hace dos años. La dirigente conservadora también anunció su intención de personarse en la causa y dejó entrever que su partido no estaba haciendo lo suficiente contra la corrupción. «Cuando el PP alcanzó el triunfo en los 90 lo hizo porque se presentó como un partido absolutamente limpio. Hemos dilapidado ese capital. Tenemos que luchar con carácter inmediato para volver a ser un partido limpio», sostuvo.

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Horas antes, el PSOE dio marcha atrás en su intención de pactar medidas de regeneración con el PP. Los socialistas llevaban semanas negociando iniciativas con los populares, sin la participación de ningún otro partido. Las conversaciones habían sido fructíferas (con principios de acuerdo para que la financiación ilegal sea delito y para endurecer los requisitos de las llamadas puertas giratorias), pero también suscitaron malestar en las filas socialistas. Sobre todo en los barones, que consideran un «error» una alianza de este tipo cuando se reproducen los escándalos en el PP, y más aún a pocos meses de las autonómicas y municipales. Ante esta presión, la dirección socialista reculó.

Su secretario de organización, César Luena, fue contundente. «Ni ha habido, ni hay, ni habrá acuerdos o pactos con el PP para luchar contra la corrupción», dijo. El número dos del principal partido de la oposición se esforzó en argumentar que no se trataba de ningún cambio. Pero también anunció algo que la semana pasada no se contemplaba: en lugar de acuerdos parciales con los conservadores, los socialistas presentarán hoy su propia proposición de ley de regeneración.