EL FUNCIONAMIENTO DE UN PODEROSO ORGANISMO

Los secretos del Consejo

La ley del silencio rodea casi todo lo relacionado con la entrada en el poderoso órgano de la ONU al que aspira España

En el atril 8Mariano Rajoy, en la Asamblea General de la Naciones unidas, en septiembre del 2012.

En el atril 8Mariano Rajoy, en la Asamblea General de la Naciones unidas, en septiembre del 2012.

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Cuando esta mañana en Nueva York los 193 países miembros de la Asamblea General de Naciones Unidas decidan qué cinco países entran como miembros no permanentes en el Consejo de Seguridad  en el 2015 y 2016, lo harán con votos secretos. Esas papeletas, que determinarán si España vuelve por quinta vez al órgano más poderoso de la ONU, no son lo único rodeado por el secretismo.

Por cuestiones de estrategia, la ley del silencio se impone en las delegaciones diplomáticas, más en una carrera como la de España,  que pelea con Nueva Zelanda y Turquía por uno de los dos asientos de su grupo regional. Nadie quiere desvelar apoyos prometidos por países que podrían llevar a otro contendiente a intensificar el lobi.

Tampoco hay transparencia sobre el presupuesto de estas campañas. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, tuvo que contestar en abril a una pregunta de los socialistas y calculó que acabaría costando «en torno a un millón de euros», cifra que tildó de «razonable» en comparación a «campañas similares de países de nuestro entorno». Este lunes, su homólogo neozelandés, Murray McCully, esquivó la pregunta diciendo que «no ha habido presupuesto especial».

Prestigio y relevancia

Tampoco los países suelen poner cifras concretas en los beneficios de tener asiento en el Consejo, pero hay académicos que han analizado efectos más cuantificables que el «prestigio» «la relevancia» que se suelen mencionar. Tras analizar datos de 197 países entre 1951 y el 2004, Axel Dreher, Jan Egbert Sturm y James Raymond Vreeland publicaron en el 2009 un estudio que concluía que hay «relación positiva robusta» entre el asiento temporal en el Consejo y la participación en programas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Encontraron pruebas de que se reducen el número de condiciones en programas del FMI,  aunque no en las cantidades de los préstamos, y concluyeron que esos créditos «parecen ser un mecanismo por el que los principales contribuyentes pueden ganar favores de los miembros del Consejo».

Para los países en desarrollo los resultados son aún más efectivos. Otro análisis del 2006 firmado por Ilyana Kuziemko y Eric Werker determinó que cuando esas naciones llegan al Consejo las ayudas que les da EEUU suben un 59% y las de agencias de la ONU un 8%.