La consulta sustitutiva del 9-N crea recelos en el frente soberanista

Artur Mas, Quim Arrufat, Marta Rovira, Joana Ortega, Ramon Espadaler, Francesc Homs y Oriol Junqueras, en el Palau.

Artur Mas, Quim Arrufat, Marta Rovira, Joana Ortega, Ramon Espadaler, Francesc Homs y Oriol Junqueras, en el Palau.

FIDEL MASREAL / XABIER BARRENA / BARCELONA

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Este jueves queda un mes para la consulta soberanista. Y los partidos tratan de mantener la unidad mientras no dejan de aparecer otras propuestas, como la de celebrar algún tipo de sucedáneo de votación que sortee la suspensión del Constitucional y, sin ser el 9-N propiamente dicho, permita salvar el compromiso adquirido por el Govern y las fuerzas proconsulta ante la ciudadanía. Sin embargo, este miércoles ERC e ICV-EUiA advirtieron de que no quieren jugar a apuestas oficiosas sino seguir la vía prevista. Y el Govern no quiso dar pie a hablar de una consulta diferente a la anunciada. Tras el telón, dudas y recelos sobre las intenciones del Executiu.

En este difícil juego de equilibrios, en el territorio desconocido (en palabras del president Mas) se llega este jueves a una nueva cumbre de líderes proconsulta. Esta vez, si se confirma tal cita, no será anunciada públicamente. Ni se avanzará su ubicación. Síntoma quizá de que se prevé una negociación dura. La presión de trabajar sin tener decenas de periodistas en la puerta siempre es inferior.

En primer lugar, en la cita, que viene precedida de numerosos y constantes contactos entre Mas y los partidos implicados en esta ruta, y también entre las propias fuerzas de izquierda, se deberá poner sobre la mesa cómo avanzan los preparativos del 9-N.

Así, lo que se sabe no es por una información oficial pública sino por rendijas informales. Rendijas que permiten explicar que el Govern sigue pidiendo a los ayuntamientos que nombren coordinadores de la consulta y confirmen los puntos de votación. Los plazos se están acabando y hay decisiones clave a tomar: publicar todos los lugares donde se votará (no se llaman mesas electorales para que no parezca un referéndum o unas elecciones) y dar también cuenta del registro de votantes (que tampoco se define como censo por la misma razón).

SECRETARIOS AL MARGEN

El papel de los alcaldes es delicado. Un edil y buen conocedor del movimiento soberanista en el mundo local explicaba este miércoles que estos requerimientos del Govern no los pueden contestar mediante edictos oficiales porque los secretarios municipales no pueden verse involucrados en documentos oficiales sobre una consulta suspendida. La delegada del Gobierno en Catalunya, María de los Llanos de Luna, se encargó de recordar a estos funcionarios, por carta, en qué riesgos incurren si vulneran la decisión del Constitucional.

Pero en el frente interno, lo que movió este miércoles y removió las aguas son los planes del Govern para poder convocar a los ciudadanos dentro de un mes salvando el escollo legal estatal pero implicando a los ciudadanos en las urnas, como avanzó EL PERIÓDICO. El vicesecretario general de Esquerra, Lluís Salvadó, aseguró que su partido "no contempla" ningún tipo de "consulta descafeinada". Y recordó que en la cumbre del pasado viernes se acordó ir adelante con la cita oficial convocada en el marco de la ley de consultas y el decreto firmado por Mas. Y reiteró la disposición de su partido a entrar en el Govern, con el añadido de siempre: "Para asegurar, blindar y darle más potencia a la organización de la consulta".

ICV, CONTRA EL 'SUCEDÁNEO'

Lo mismo (sin ofrecerse para entrar en el Govern) afirmó este miércoles el secretario general de ICV, Josep Vendrell, que rechazó referéndums "devaluados" o "sucedáneos". Iniciativa, al mismo tiempo, no para de avisar de que no se puede garantizar a la ciudadanía que la consulta convocada se llevará a cabo.

La Generalitat también salió de inmediato a afirmar que no hay cambio de planes. "El Govern está centrado en hacer el 9-N en los términos conocidos", aseguró el portavoz y conseller de Presidència, Francesc Homs. Calificó de "especulaciones" los planes sustitutivos. Y también aparcó la posibilidad de una entrada inmediata de ERC en el Ejecutivo catalán, como pidió este martes la CUP.

Dicho todo lo cual, en privado los principales actores asumen que se están gestionando los escasísimos márgenes que existen de que se celebre la consulta. Una muestra más la dio anoche el líder de ICV Joan Herrera: "Cada día que pasa hay menos garantías para celebrar la consulta", afirmó en Onda Cero.

El coordinador de ICV añadió, en un mensaje casi en clave, que la consulta "no se puede quemar ni por nada ni por nadie", en referencia implícita a Artur Mas. Y es que Herrera teme que "por la prisa, nos carguemos la fuerza" demostrada por el movimiento proconsulta.