LA ENCRUCIJADA DEL SOCIALISMO

La diáspora socialista busca su espacio cara a las municipales

JOSE RICO
BARCELONA

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El gesto de continuidad que representó el relevo de Pere Navarro por Miquel Iceta al frente del PSC fue interpretado por ciertos sectores críticos del partido como la definitiva confirmación de que sus tesis no tenían cabida en el proyecto. Algunos dirigentes, como Joan Ignasi Elena y su marca Avancem, optaron por romper el carnet. Otros prefirieron seguir dentro, pero comenzaron a transitar un camino propio fuera del PSC bajo el nombre de Moviment Catalunya. La estrategia difiere, pero el objetivo de todos es el mismo: hacerse un hueco en la fragmentada izquierda soberanista para orillarle espacio al PSC en las elecciones municipales.

Con vistas a este horizonte, en los últimos meses se han multiplicado los contactos entre lo que se conoce como la diáspora socialista -dirigentes y cargos locales que han dejado o se han distanciado del PSC por su rechazo a la consulta del 9-N- y los partidos ideológicamente limítrofes. Y, salvo contratiempos, el primer fruto de esas negociaciones se recogerá en otoño y será la fusión entre Avancem y Nova Esquerra Catalana. Sus respectivos líderes, Elena y el eurodiputado Ernest Maragall, quieren sellar su alianza en un «congreso de confluencia» que se celebraría, probablemente, en noviembre, aunque un primer gesto de complicidad tendrá lugar el 28 de agosto en Palamós (Baix Empordà).

LLAMAMIENTO A LA CONSULTA / Avancem y Nova Esquerra Catalana han convocado para ese día un encuentro, titulado La Catalunya que ve, la democràcia que volem, en el que presentarán un manifiesto conjunto que, según sus promotores, incluirá un «llamamiento al socialismo huérfano para mantenerse unido en torno al proceso soberanista y la consulta del 9-N», marcando así distancias con la posición del PSC en vísperas de la movilización de la Diada. Según fuentes de la organización, a este acto están invitados representantes de ERC e ICV, fuerzas con las que, en paralelo, Elena mantiene abiertas negociaciones para compartir listas municipales.

«Estamos haciendo lo que no podíamos hacer cuando estábamos en el PSC», aducen fuentes de Avancem para explicar el objetivo de todos estos movimientos: «reconstruir el espacio político socialista» con un nuevo actor político que Elena, según su entorno, estaría dispuesto a liderar. De hecho, para contar con una plataforma desde la que representar a ese nuevo partido, estas mismas fuentes apuntan que la voluntad de Elena es conservar su escaño en el Parlament y convertirse en diputado no adscrito a partir de septiembre.

Aunque está descartada una confluencia similar a la que se dará con el partido de Maragall, Avancem mantiene negociaciones abiertas con ERC e ICV a fin de forjar acuerdos a escala municipal que desemboquen en candidaturas conjuntas, siempre en un contexto de geometría variable, según las especificidades de cada localidad. Lo que parece mucho más complicado es la unidad de Avancem con la otra corriente nacida en el PSC, Moviment Catalunya.

La plataforma auspiciada por los exconsellers Montserrat Tura, Antoni Castells, Marina Geli y Joaquim Nadal y el alcalde de Lleida, Àngel Ros, aún no ha conseguido resolver la incógnita sobre qué quiere ser de mayor, dada la división de opiniones interna. Tura, Castells y Nadal son partidarios de competir electoralmente con el PSC, pero Geli y Ros, que acaba de ser nombrado presidente del partido, prefieren evitar la colisión y concurrir a las municipales donde los socialistas no lo hagan. Una división que se reproduce entre los cargos locales que forman el colectivo, que acaba de solicitar su ingreso en el Pacte Nacional pel Dret a Decidir.

REGRESO AL GRUPO / Ese entuerto es el que, en principio, deberán desenredar el 6 de septiembre, en una asamblea en Navarcles (Bages), aunque es probable que la plataforma apueste también por la geometría variable como solución salomónica. Por el momento, Geli y Núria Ventura, las dos diputadas represaliadas por la dirección del PSC, han decidido dar otra oportunidad a Iceta y regresarán a la disciplina del grupo en septiembre, a pesar de no haber conseguido que se les conceda libertad de voto.