El órdago soberanista

Rajoy, «abierto» a hablar de todo lo que no sea una consulta

Mas, De Gispert, Rigol y otros miembros del Pacte pel Dret a Decidir.

Mas, De Gispert, Rigol y otros miembros del Pacte pel Dret a Decidir.

GEMMA ROBLES / MADRID
XABIER BARRENA / BARCELONA

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«En la reunión con el president Mas, el presidente Rajoy mostrará espíritu abierto, porque hay muchos asuntos de la vida de los catalanes en los que ambos pueden y deben entenderse», aseveró ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. A la espera de constatar qué día se verán ambos dirigentes políticos, con qué agenda temática y hasta dónde llega la apertura del «espíritu» de un gobernante que ya ha dejado claro que no aceptará una consulta en ningún caso (por más que haya disposición a cambiar la fecha o las preguntas), desde la Moncloa se intentó ayer trasladar el mensaje de que hay margen para alcanzar «acuerdos y consensos» con el president, siempre y cuando sean ajenos al referendo soberanista.

¿Se está hablando de financiación? ¿De lengua? ¿De competencia fiscal? Nada quiso aclarar al respecto ayer Santamaría, que prefirió poner el acento en que cualquier acercamiento entre el Gobierno central y el catalán pasará por que Mas renuncie a su intención de celebrar la consulta, un planteamiento que ayer fue repetido por varios dirigentes del PP, en un intento claro de colocar la pelota en el tejado del máximo responsable de la Generalitat.

LA PRESIÓN / Así, la portavoz del Ejecutivo dijo que es «indudable» que la consulta «no se va a celebrar» y que, partiendo de ese precepto, le toca aclarar oficialmente a Mas cuál es el escenario político en el que  hay que moverse. «Nos gustaría saber cuál es la posición sobre el referendo del señor Artur Mas porque si  estamos en el sostenella y no enmendalla en un punto en el que el Gobierno no tiene capacidad de negociación, indudablemente eso hace difíciles las alternativas», advirtió en rueda de prensa, según informa Iolanda Mármol.

En este contexto, Santamaría incidió es que es «bueno» que se haya asentado la idea de que el Gobierno no permitirá que se celebre la consulta del 9-N y que esta es una decisión bastante «firme y clara».  Es obvio que este último comentario de la vicepresidenta estaba dedicado a las fuerzas políticas proconsulta de Catalunya, pero tampoco es descartable que, de paso, pretendiese llegar a las distintas organizaciones de la órbita conservadora que, en los últimos días, tratan de presionar a Rajoy para que no mueva ficha en la crisis catalana: ayer mismo, la FAES, la fundación que lidera el expresidente José María Aznar, hizo público un documento que firmaba Javier Zarzalejos en el que se defendía que las peticiones de una tercera vía para Catalunya (reforma constitucional en clave federal) no serán «suficientes» para el nacionalismo y además invitarán a la «reincidencia».

Cabe recordar que hace unos días se presentaron en Madrid dos manifiestos: uno impulsado por la plataforma antisoberanista Libres e iguales, que aboga por no negociar bajo el desafío separatista. Otro, firmado por medio centenar de intelectuales, reclama una solución federal. La inminente cita entre Rajoy y Mas ha animado de nuevo el debate sobre Catalunya y sus problemas, como demuestra que el propio presidente del Gobierno recibiera el pasado lunes en la Moncloa a los miembros de Societat Civil catalana y, ayer, a la directiva de la patronal catalana con la que, eso sí, eludió conversar sobre el referendo y sus consecuencias.

LA FINANCIACIÓN / Entretanto, Mas se refirió ayer también a su cita pendiente en Madrid y a los temas que puede tratar con el jefe del Ejecutivo: explicó en el Parlament a la casi setentena de asistentes a la reunión del Pacte pel Dret a Decidir, organismo que emana de la Cámara catalana y que agrupa al Govern, a los partidos que apuestan por la consulta y a un sinfín de entidades, que el 9-N no sería el único ítem sobre la mesa a la que se sentará con Rajoy. Como respuesta a sendas intervenciones de Joan Carles Gallego (de CCOO) y, sobre todo, de Dolors Camats (ICV-EUiA), que pusieron el acento en la cuestiones sociales tales como el paro, la pobreza y los desahucios, Mas confirmó que está dispuesto a debatir también con el jefe del Ejecutivo este tipo de problemas y que cuenta con desplazarse a la Moncloa en breve «para hablar de todo».

Así las cosas, se puede concluir que entre las cuestiones a tratar  tendrán un lugar principal las tensiones de caja de la tesorería de la Generalitat, con directo efecto sobre sus políticas sociales. El martes el Govern, vía Conselleria d'Economia, envió un requerimiento formal al Ministerio de Hacienda para que revise el sistema de financiación.