Relevo en las filas socialistas

Núria Parlon concita el consenso como nueva líder del PSC

Marina Geli, en un sofá, y Joan Ignasi Elena, de pie, ayer en uno de los pasillos del Parlament.

Marina Geli, en un sofá, y Joan Ignasi Elena, de pie, ayer en uno de los pasillos del Parlament.

NEUS TOMÀS / Barcelona

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La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, es la preferida para ser la nueva líder del PSC, la que mayor consenso suscita y la que, hoy por hoy, lo tendría más fácil para ganar. A su favor juega que respaldan su decisión tanto la federación de Barcelona --a no ser que su primer secretario, Ferran Pedret, también quiera competir-- como la del Baix Llobregat, controlada por el tándem Balmón- Poveda. Además, cuenta con el apoyo de dirigentes territoriales como el gerundense Juli Fernández. Es una mujer que no provoca especial animadversión entre los críticos. Y a sus 39 años puede encarnar una imagen de renovación.

En su contra juega que es alcaldesa en una ciudad complicada y, por lo tanto, no tendrá fácil compaginar ambos cargos. Eso, y que ponerse ahora al frente del PSC no deja de ser un deporte de riesgo. De momento, ella guarda silencio, Pero en el partido, sobre todo entre los dirigentes más jóvenes ayer había ya quien unía su nombre al de la diputada Eva Granados para que esta última fuese la nueva portavoz en el Parlament sustituyendo a Maurici Lucena. Granados tiene 37 años y se define como «feminista, socialista y sindicalista».

La dirección del PSC quiere que el proceso para elegir al nuevo líder sea lo más abierto posible y, sobre todo, tan rápido como el calendario permita. La previsión, a falta de que el consejo nacional lo ratifique este domingo, es convocar el congreso extraordinario para el sábado 19 de julio, el fin de semana anterior al cónclave del PSOE que escogerá a su secretario general.

DÍA DE QUINIELAS / El día siguiente a la renuncia  de Pere Navarro -que se oficializara también el domingo- fue, como era previsible, una jornada de llamadas, encuentros y quinielas. Los que encumbraron a Navarro son los mismos que lo han dejado caer, salvo alguna excepción como la de Antonio Balmón, que intentó que no tirase la toalla. Y, como señalaba ayer un veterano del partido, ellos serán también los que tendrán que pensar qué hay que hacer a partir de ahora. La posición mayoritaria de los dirigentes consultados por este diario es que la gestora que se nombre este fin de semana debe ser vista como un organismo de carácter administrativo, solo para fijar las reglas de las primarias y organizar el congreso. Una de las posibilidades es que este papel lo asuma la actual mesa del consejo nacional, que preside Celestino Corbacho.

Lo que ya está decidido es que los aspirantes a la primera secretaría deberán contar con un mínimo de 2.000 avales. En principio, los 18.000 militantes tendrán una semana para poder votar a su preferido o preferida y el congreso duraría solo un día. Al ser extraordinario no habrá ponencias para diseñar la orientación programática. Aunque ya hay quien avisa de que el auténtico cónclave será el del 2015, una vez superada la casilla del 9-N y tras unas municipales que, como describe un diputado, «pintan difíciles». O sea, que quien salga elegido ahora tiene contrato de un año, pendiente de renovar en el próximo congreso.

LOS DESCARTES / Con este panorama no es de extrañar que no haya codazos para ser primer secretario. Los alcaldes y alcaldables fueron ayer descartándose. Incluso aquellos que no aparecían en las quinielas. Es el caso de Jaume Collboni, a quien en el entorno de Navarro señalan como uno de los responsables de su caída, o el de la alcaldesa de L'Hospitalet, Nuria Marín, que nunca se ha postulado y que está dedicada a defender la plaza más importante del PSC. Otro de los que ayer se encargó de excluirse de la carrera fue el alcalde de Lleida, Àngel Ros: «Mi prioridad clara son las elecciones municipales; por tanto, no me presentará a candidato a primer secretario del partido». Su papel de mediador entre los sectores críticos y los dirigentes metropolitanos puede ser básico para intentar reconducir la situación. Tampoco el tarraconense Josep Fèlix Ballesteros está dispuesto a cambiar la vara de la alcaldía por el cuadro de mandos de la calle Nicaragua.

Quien todavía no ha decidido qué hará es el portavoz de la corriente Avancem, Joan Ignasi Elena, más preocupado, asegura, por la orientación ideológica que hay que dar al proyecto socialista que por la terna de nombres. Preguntado por si se postula, evita concretar: «Yo no me lo he planteado», asegura.

Los críticos siguen sin tener «una voz única», como ayer les reclamó el exconseller Joaquim Nadal, quien en declaraciones a La Xarxa también pidió a las «viejas glorias» del partido que se aparten y no se postulen para dirigir el partido.