La cercanía contagiosa del príncipe

Glosar la figura del príncipe Felipe no es tarea fácil. Más difícil si cabe desde una perspectiva totalmente subjetiva y personal como la mía. He tenido el privilegio y el honor de liderar un proyecto impulsado desde el minuto cero por el Príncipe y en el que, aunque ostente la presidencia, soy únicamente el representante de un colectivo mucho más amplio.

Si me remonto a mediados del 2009, año en que la Fundació Príncep de Girona empezó su andadura, asoman a mi memoria momentos muy especiales. La propuesta de creación de la Fundació a instancias de la Cambra de Comerç de Girona, la entonces Caixa-Girona, la Fundació Gala-Salvador Dalí y La Caixa, tuvo en la figura del Príncipe un cómplice incondicional desde el primer momento. A ellos se sumaron numerosos patronos (representantes de empresas, instituciones y personas a título personal). Nos unía un fin común y compartido: apoyar a los jóvenes como una manera de potenciar la capacidad de las nuevas generaciones en la construcción de una sociedad mejor y más solidaria, con atención especial a aquellos que proceden de entornos desfavorecidos.

Pero para entender mejor lo que es la Fundació y la implicación del Príncipe debería referirme a algunos de los proyectos más emblemáticos, que se han desarrollado a lo largo de estos años y que muestran de forma tangible las intenciones de nuestra institución; como es el Fórum Impulsa, que se celebrará en su quinta edición los próximos 26 y 27 de junio. Un referente global donde el emprendimiento, la creatividad y la innovación, comparten escenario con los jóvenes más inquietos. Esta edición tendrá como eje la sociedad abierta y colaborativa, y traerá a Girona a muchos de los pioneros de esta nueva forma de hacer que ya está transformando nuestra sociedad.

LOS PREMIOS FUNDACIÓ PRÍNCEP de Girona, que se entregarán también en esa ciudad el 26 de junio, son unos galardones que reconocen la iniciativa y talento emprendedor de jóvenes de 16 a 35 años y en todos los ámbitos del conocimiento.

Pero no existe fórmula mágica para transformar el mundo. La educación es la palanca y es por ello que la Fundació desarrolla un proyecto de educación emprendedora centrada en la formación precisamente de los docentes, que pueda conducirnos a un modelo de escuela-emprendedora, más allá de los proyectos específicos de fomento del emprendimiento en los centros educativos.

En el ámbito de la empleabilidad, Apadrinando el Talento, que implica a profesionales comprometidos en la mentorización de jóvenes que son la primera generación en su familia en haber finalizado una formación superior, con el objetivo de mejorar su preparación para acceder al mercado laboral después de su ciclo de formación.

Y pensando también en la etapa infantil, hay  acciones dirigidas a menores de entre 6 y 16 años con riesgo de exclusión social que persiguen una mayor integración escolar. Con el proyecto Pigmalión, trabajamos para aumentar las competencias educativas básicas de sus participantes, mediante un programa de refuerzo escolar, tutorías con las familias, sistema de becas y programación de actividades deportivas regulares.

Estas y otras acciones tienen en definitiva un objetivo único, trasmitir y ayudar a evolucionar hacia una cultura emprendedora entre los jóvenes y que ellos mismos puedan responder a sus aspiraciones como ciudadanos y profesionales en un futuro inmediato, y asimismo influir de forma positiva en su entorno.

Todo este trabajo que acabo de mencionar no hubiera sido realidad sin la dedicación de un patronato implicado y un equipo ejecutivo de primer nivel, liderados desde el principio por el Príncipe.

las reuniones de trabajo, sobre todo en la etapa inicial, celebradas en Girona, Barcelona y La Zarzuela, eran sesiones maratonianas, donde el equipo fundacional discutíamos y definíamos lo que debía ser la Fundació, codo con codo con el Príncipe; uno más en el proceso de diseño de la hoja de ruta de la misma. Su escucha activa, capacidad de trabajo, dedicación e implicación han sido y son un ejemplo para todos los miembros del Patronato. En ocasiones ha actuado como promotor y como facilitador de los proyectos, aportando sus conocimientos y experiencia propios, y en otras, contribuyendo a enriquecer las propuestas de otros.

Esta proximidad no se limita a los intramuros de la Fundació, sino que en sus comparecencias públicas, a través de los eventos organizados como los que he mencionado, el Príncipe siempre se ha acercado a los más jóvenes, con un lenguaje directo y una gran empatía.

Hoy estamos viviendo el resultado de estos años de implicación personal en todas las actividades. Su presencia activa en las sesiones de trabajo, junto a la princesa Letizia, quien siempre le ha acompañado, ha sido motivo de orgullo para todos los miembros del Patronato. De hecho, su carisma ha conseguido que todos los que estamos en este proyecto formemos una gran familia.

«Tenemos que conseguir que las ideas de la juventud, por muy irrealizables que parezcan, se puedan materializar, por su bien y por el bien de todos», este es, en sus propias palabras, uno de sus deseos, y uno de nuestros objetivos. De su compromiso hacia laFundació y todos sus patronos, y de su implicación con los jóvenes, destinatarios de la acción de la misma, ha dado muestras claras y evidentes. En sus constantes visitas a Girona siempre ha sido ejemplar en su acercamiento a los jóvenes, en un tono directo y muchas veces informal y aceptando también esta espontaneidad que ellos tienen.

Precisamente para subrayar esta espontaneidad, quiero recordar aquí una escena simpática en la que uno de los ponentes más jóvenes que ha participado en el Fórum, Félix Finkbeiner, de 13 años, defensor y activista de la naturaleza y creador de la organización sin ánimo de lucro Plant for the Planet. Félix, sin evidentemente encomendarse ni a protocolo, ni a nadie de la organización, tapó con su pequeña mano la boca al Príncipe buscando la imagen que ilustrara su lema «stop talking, start planting» («deja de hablar y empieza a plantar»).

Este es un ejemplo de cómo sus gestos dicen mucho más que sus palabras. Aunque sí me gustaría cerrar este artículo con sus propias palabras, pronunciadas en el marco del Fórum Impulsa, punto de encuentro anual y buque insignia de la Fundació Príncep de Girona. Creo que son las que mejor definen el momento actual: «La fuerza integradora de la juventud hace que su impulso sea el primer motor de las transformaciones que necesita el mundo actual». El Príncipe ha sido el principal motor de aceleración de la Fundació Príncep de Girona y no albergo duda alguna de que también lo será para nuestro país. H