Decisión histórica en el palacio de la zarzuela

El rey Juan Carlos I abdica

El Rey firma el documento de su abdicación, este lunes.

El Rey firma el documento de su abdicación, este lunes. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Terminó el año el Rey con varios quebraderos de cabeza. El principal, cómo gestionar el futuro de la Corona. Y comenzó el 2014 con una certeza: la decisión de abdicar y dejar el futuro de la Monarquía en manos de su heredero, Felipe. Fue a principios de año cuando pasado su 76º cumpleaños tomó una decisión que tiene carácter histórico y le comunicó a su hijo la responsabilidad que, a partir de ahora, dejaba a su recaudo.

Hizo lo propio con el jefe de la Casa del Rey y esperó hasta el 31 de marzo, después del fallecimiento del expresidente Adolfo Suárez, para explicar al actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, el paso trascendental que pensaba dar. Unos días después, el 3 de abril, hacía partícipe de la noticia al jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, informaron fuentes de la Zarzuela a este diario. Y fueron los tres, el Monarca, el presidente y el secretario general del PSOE los que acordaron aplazar el anuncio hasta después de las elecciones europeas, a fin de no entorpecer una cita con las urnas que se preveía relevante.

La ruptura del bipartidismo

Obviamente ninguno de estos tres protagonistas esperaba que los resultados del 25 de mayo iban a suponer un punto de inflexión en la historia política del país y que, por primera vez en democracia, se iba a lanzar por parte de la ciudadanía un mensaje tan serio y tan hondo al bipartidismo. Un mensaje al Estado entendido de forma tradicional. Cierto es que desde el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se llevaba meses advirtiendo a través de sus sondeos de que la imagen de las instituciones estaba tocada. También la de la Corona, que no ha sabido librarse de la corrupción y los escándalos y que goza de escaso prestigio entre las nuevas generaciones.

Que la lectura de la última votación que ha tenido lugar en España (cabe recordar que en Catalunya ha ganado ERC, organización independentista y republicana) haya acelerado aún más los planes del Rey es una posibilidad. De hecho, Juan Carlos se ha dirigido esta mañana a los españoles y ha hablado sin disimulos de un nuevo tiempo que debe ser liderado por una nueva generación.

Tiempo político convulso

En este contexto, el Rey ha dejado claro que ese cambio generacional por el que apuesta ha de empezar, a su entender, por la Corona, que pasará al Príncipe de Asturias. El futuro Felipe VI. "Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco. Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura está demandando y afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana", dijo Juan Carlos en un mensaje retransmitido a los ciudadanos.

Esas palabras toman especial significado en estos tiempos de ebullición política, donde hay voces significativas que exigen cambios profundos en todas las instituciones; en el modelo de Estado; en la forma de afrontar la representación de la ciudadanía o de relacionarse con ella. Incluso tienen más fuerza (y escaños) que antaño las fuerzas parlamentarias que abogan por someter a una consulta el propio futuro de la Corona.

"Felipe garantiza la estabilidad"

Así las cosas y admitiendo las "serias cicatrices" que en el tejido social ha dejado la crisis económica, Juan Carlos ofrece a su hijo como la mejor alternativa para garantizar la "estabilidad". "Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica", ha dicho el monarca. "Tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado", ha declarado.

Juan Carlos ha querido agradecer a los ciudadanos su confianza: "Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia vosotros. Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años. Y gratitud, por el apoyo que me habéis dado para hacer de mi reinado, iniciado en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso".

Desafío soberanista

En las próximas horas se reunirá el Consejo de Ministros (el propio Rajoy lo anunció esta mañana) y el Congreso para dar a luz a una ley orgánica necesaria para hacer efectiva la abdicación y preparar la coronación de Felipe VI. Según fuentes de la Zarzuela, la proclamación del nuevo Rey se hará en "aproximadamente cuatro semanas".

No lo tendrá fácil el heredero: los elogios que tanto él como su padre están recibiendo se mezclan con quienes reclaman el fin de la Monarquía y los que, desde Catalunya, le recuerdan que el desafío soberanista sigue sobre la mesa. Un desafío que ha propiciado que tanto su agenda como la del Rey haya estado volcada en los últimos tiempos en Catalunya.