DECLARACIÓN EN LA AUDIENCIA NACIONAL

El falso cura que retuvo a la familia de Bárcenas simula un trastorno mental, según el forense

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"Me declaro culpable con reparos". La confesión es del falso cura que el pasado octubre entró en casa del extesorero del PP Luis Bárcenas y retuvo a su esposa y a su hijocura PP Luis Bárcenas. Este miércoles estaba citado a declarar en la Audiencia Nacional con una petición de pena por parte del fiscal de 18 años por un presunto delito de detención ilegal, dos de coacciones, uno de tenencia ilícita de armas y tres faltas de lesiones. Su estado de nervios, asegurando que oye voces en su interior, ha hecho que el juez suspendiera la declaración, tras lo que el acusado se ha sometido al examen de un médico forense, quien ha acabando atribuyendo su comportamiento a una "simulación clínica".

El acusado ha comparecido ante el juez y, tras llevarse las manos a la cabeza, ha pedido que le condenen y, haciendo más rocambolesca aún la historia, Enrique O. G. ha asegurado que unas voces le atormentan: "Estas voces no me dejan en paz. No quiero oirlas más. Salgan de mi cabeza. Estas voces no me dejan. Déjenme en paz, por favor. No quiero escuchar más voces".

Ha reconocido que, el 23 de octubre del año pasado, acudió al domicilio de los Bárcenas, vestido de negro y con alzacuellos, y dijo que era el padre Enrique. Explicó que iba de parte del obispado para hacer una averiguación y Rosalía Iglesias, la mujer del extesorero, le invitó a pasar cuando él le contó que iban a hablar de la posible libertad de su marido. "No me acuerdo mucho de las cosas. Mi mente está en nebulosa. Vengo con la cabeza alta y el corazón limpio", ha afirmado. 

Tras la suspensión durante una hora de la declaración, el médico forense ha examinado al acusado y ha concluido que no sufre ninguna enfermedad y le ha atribuido una "simulación clínica". El procesado experimenta, ha apuntado el forense, una "absoluta negatividad" y "falta de colaboración". El presidente del tribunal le ha expulsado de la sala, tras preguntarle si deseaba declarar y advertirle en tres ocasiones de que su actitud era "inconveniente" y de que si persistía en ella, iba a ser expulsado.

Un milagro

Durante su declaración, la esposa de Bárcenas ha relatado el "momento de desesperación" que ella y su hijo vivieron y ha explicado que sentieron "que era el final". "Si nosotros moríamos ese día, mi marido también y eso podía beneficiar a mucha gente", ha afirmado. Ha recordado que su hijo se soltó las bridas en lo que considera que "fue un milagro" y "saltó como una auténtica fiera" sobre el falso cura, "le dio un cabezazo y se tiró encima de él". Tras instar a la empleada del hogar a coger la pistola y llamar a la Policía, Iglesias se fue corriendo hacia el salón y gritó por la ventana.