la otra cara del expresidente

Adolfo Suárez: «En el juego tengo suerte, pero juego a lo que practico bien»

En las horas del adiós al expresidente del Gobierno, 'Más Periódico' rescata una entrevista que le hicieron al abordaje Luis Cantero, fallecido en el 2012, y el fotógrafo Oriol Maspons, en agosto de 1978. El líder de UCD navegaba con su esposa y unos amigos por aguas de Eivissa y se apiadó de los dos reporteros que se acercaban a su yate en un patín. El presidente los dejó subir a condición de no hablar de política. Acabó siendo un interrogatorio fresco, pícaro y con alguna trampita. Y el resultado, que se publicó en 'Interviú', es el retrato humano del político que pilotó la Transición.

Adolfo Suárez, junto a Luis Cantero, en agosto de 1978, en Eivissa.

Adolfo Suárez, junto a Luis Cantero, en agosto de 1978, en Eivissa.

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Abordar a Suárez en el mar no es una cosa que se pueda hacer todos los días, a pesar de que el presidente del Gobierno esté bastante acostumbrado a navegar entre dos aguas. Con un viejo patín de los que alquilan en las playas, nuestros reporteros embistieron la nave de UCD. Suárez, cordial, se prestó al diálogo y destapó, con suma prudencia, algunos aspectos de su vida privada y de sus gustos personales. Sin embargo, Interviú sigue esperando la entrevista política a fondo que sus lectores exigen.

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, llegó a media mañana a Cala Portinaitx, uno de los parajes más agrestes de la costa ibicenca, a bordo del yate Ion, que iba escoltado por un buque de guerra y varias lanchas de la Marina, para pasar en compañía del vicepresidente Abril Martorell, de su hija y de las esposas de ambos una jornada más de sus vacaciones.

Nosotros habíamos dialogado con él un par de días antes en el puerto deportivo Ibiza Nueva, e incluso lo habíamos acompañado en su visita a la parte antigua de la ciudad, pero quedaba pendiente una larga entrevista que él había pospuesto «para otro día». Tras una prolongada guardia en los distintos atraques de la isla, decidimos abordarlo como dos filibusteros de la información, alquilando un viejo patín y aproximándonos con él a la zona vigilada. En honor a la verdad, hemos de decir que el presidente nos vio tan pocas trazas marineras, que decidió echarnos un cable. Estaba en cubierta tomando el sol con un bañador oscuro de reducidas dimensiones y presentaba un aspecto inmejorable.

-¿Cómo se han atrevido a echarse a la mar con esa cáscara de nuez sin timón ni nada?

-Era la única embarcación que quedaba, y con ella nos hemos ganado la entrevista.

-Suban, suban..

Estaba muy gentil el señor presidente, con su sonrisa abierta de par en par, su piel ligeramente bronceada y su aspecto de atleta. Un cachas, lo que se dice un cachas. Varias bañistas que merodeaban alrededor del yate no le quitaban ojo. Nosotros advertimos una vez más la precisión de unos gestos y unas poses perfectamente aprendidas en la escuela de televisión y su saber estar incluso con un taparrabos.

«Se ha olvidado usted de que estoy de vacaciones», me dijo dándome una amistosa palmada en el hombro mientras el fotógrafo preparaba sus cámaras. «Prometo no hacerle ni una sola pregunta política», dije. «A ver si es verdad», respondió.

La señora Suárez estaba instalada en una tumbona con un bañador clásico y el presidente me ofreció una de las dos sillas de lona que había a su lado. En cuanto estuvimos sentados iniciamos la informalísima charla

-¿Navega usted con el viento a favor o en contra?

-Suelo intentar navegar en las dos situaciones.

-¿Cuántas veces han intentado ponerlo al pairo?

-Supongo que algunas.

-¿Hace usted la política en tanga?

-No, yo suelo hacer la política con seriedad.

-¿Conesa o con la otra?

-El señor Conesa ha venido a las Baleares en una misión completamente distinta a la de vigilar o establecer el servicio de vigilancia de mis vacaciones.

-¿Se mira usted a las bañistas de frente o de reojo?

-Yo miro a todo de frente.

-¿Le gustaría hacer escapadas nocturnas, como Alfonso XIII?

-Pues no, a mí no me gusta hacer escapadas nocturnas.

-¿Cuándo se emborrachó por última vez?

-Creo que... en la milicia universitaria, pero no fue una borrachera en su totalidad.

-¿Baila usted suelto o agarrado?

-Suelo bailar en las dos modalidades.

-¿Usa ropa interior blanca o de color?

-Blanca.

-¿Cuántas flexiones hace al cabo del día?

-Bastantes.

-¿Sabe distinguir el humo de un Ducados del humo de un porro?

-Pues no he hecho la observación todavía. No he tenido la oportunidad de comprobarlo.

-¿No se siente solo entre tanta gente?

-Con frecuencia.

-¿Cuántos kilos pesa?

-73.

-¿Y cuánto mide?

-1,77.

-¿El matrimonio Suárez duerme en camas separadas?

-Sí, mi mujer y yo dormimos en camas separadas.

-¿Juega al póquer con sus amigos?

-Muy de tarde en tarde.

-¿Recibe cartas de admiradoras?

-No lo sé, no me llegan por lo menos.

-¿Qué libro le ha gustado más?

-Todos.

-¿Cuál es el taco que suelta con  más frecuencia?

-Alguno suelto, pero no voy a decirlo ahora.

-¿Alguna vez ha escrito un poema?

-Creo que de joven escribí algunos.

-¿Dedicados a alguna persona en concreto?

-Sí, a varias personas.

-¿De qué sexo?

-Femenino, por supuesto.

-¿Cómo le gustan las faldas, cortas o largas?

-Según las personas que las lleven.

-¿Qué programa de televisión le divierte más?

-Suelo ver muy poco la televisión, y como el único programa que veo es el informativo de la noche, no le puedo decir cuál es el espacio más divertido.

-Fraga subasta sus tirantes. ¿Qué prenda personal subastaría usted?

-Ninguna.

-¿Lee revistas del corazón?

-No.

-¿Le gustaría pellizcar a sus secretarias como un jefe normal?

-El sentirse un hombre normal no quiere decir que me identifique con el pellizcar. La verdad es que no me apetecería nada pellizcar a nadie.

-¿Alguna vez ha sentido la tentación de bañarse desnudo en el mar?

-No, nunca.

-¿El cargo le resta posibilidades amatorias, o por el contrario, se las acrecienta?

-Desde luego no me las ha acrecentado, y el cargo no creo que tenga nada que ver con esas posibilidades. Tampoco me ha preocupado gran cosa ese tema.

-¿Con qué mujer española le gustaría quedarse perdido en una isla desierta?

-Con mi mujer.

-Qué diplomático, señor Suárez.

-No es diplomacia, es sinceridad.

-¿Habla con franqueza con sus hijos de los problemas sexuales, o prefiere que esta labor la desarrollen los educadores?

-Yo intento complementar la tarea de los educadores.

-¿Cuándo fue al cine por última vez?

-A un cine normal hace unos tres meses, pero suelo ver algunas películas en la Moncloa.

-¿Qué tipo de cine prefiere?

-Me gusta mucho el cine de actualidad para comprobar cuál es la tendencia que sigue la cinematografía mundial.

-¿Ha visto Emmanuelle?

-Sí, sí, vi Emmanuelle.

-¿Le gustó?

-Me gustó, sí. Me pareció una película buena y con una excelente fotografía.

-¿Y la chica qué tal?

-Muy guapa.

-¿Le gusta escaparse de la Moncloa?

-Lo he hecho dos veces nada más, pero me gustaría hacerlo más.

-¿Le reconocen por la calle?

-Suelen reconocerme enseguida.

-Usted se acercó el otro día al centro de Ibiza con su señora para hacer algunas compras, y yo quisiera saber cuánto dinero suele llevar un presidente en el bolsillo cuando sale a la calle.

-Normalmente no llevo nada, pero el otro día, cuando salimos a pasear por Ibiza, llevaba 10.000 pesetas en el bolsillo, porque suponía que mi mujer iba a hacer algunas compras.

-¿Se las gastó?

-No, porque en todas las tiendas nos obsequiaron con todas las cosas que habíamos comprado.

-¿Qué articulista le divierte más?

-Hay muchos que me divierten.

-Diga los nombres. Cuando lo lean se sentirán muy complacidos.

-Sí, pero los que no cite quizá no se sientan tan complacidos. De todas formas, el que me gusten a mí no quiere decir que sean los mejores.

-Cite al menos a uno.

-Usted.

-¿De veras me ha leído o lo dice para quedar bien? No creí que dispusiera de tiempo para entretenerse con el periodismo frívolo.

-He visto algunos de sus reportajes, aunque en mi caso, lo que me preocupa es su ubicación en las páginas con las fotografías que han sacado y, sobre todo, los pies de foto.

-Los pies de foto los ponen en la redacción, pero no se preocupe que serán respetuosos con su presidente.

-Eso espero.

-¿Ha sido usted socio de algún club de fútbol?

-He sido socio del Ávila Club de Fútbol, y me parece que de ningún otro club. Soy partidario del Deportivo de La Coruña, y en Madrid solía asistir a los partidos de los dos grandes clubs de la capital. Pero hace ya mucho tiempo que no puedo hacerlo.

-¿Cuántas horas duerme los días de trabajo?

-Tres o cuatro horas.

-¿Está a favor o en contra de las relaciones prematrimoniales?

-Habíamos quedado en que iba a ser una entrevista veraniega, pero en fin... Yo tengo una formación religiosa que me hace ver estas cosas desde esa óptica personal. A niveles de generalización entiendo que cada uno es responsable de sus actos y tiene que hacer lo que crea oportuno.

-¿Elude a las personas divorciadas?

-No, en absoluto. Quiero decir que no las eludo.

-¿Qué canción tararea mientras se ducha?

-Mientras me ducho suelo estar pensando en los problemas que tengo que resolver 10 minutos después.

-¿Nunca ha cantado?

-Como todo el mundo, he cantado las canciones de mi época. Las canciones que estaban de moda cuando éramos novios Amparo y yo.

-¿Tiene teléfonos en los lavabos?

-Sí, y los utilizo algunas veces. A mí el teléfono me persigue por donde quiera que voy.

-¿En qué es más afortunado, en amores o en el juego?

-Pues no lo sé, no tengo grandes experiencias en ambas cosas. Soy muy afortunado en mi vida familiar, y en el juego suelo tener  suerte, al mismo tiempo que suelo jugar a juegos que practico bien.

-¿Y no será que sus rivales le dejan ganar porque es el presidente?

-No, porque me ocurría antes de ser presidente.

-¿Cuántas secretarias se han enamorado de Suárez?

-Que yo sepa, ninguna, y si me ha ocurrido, no me lo han dicho. El trabajo tampoco me ha permitido estar examinando si se daba esa situación o no.

-¿Cuántas novias tuvo antes de conocer a su esposa?

-Bueno, bastantes.

-¿Cuántas novias tuvo antes de conocer a su esposa?

-Bueno... bastantes.

-¿Recuerda a alguna en especial?

-Sí, recuerdo a algunas, y además de todas ellas sigo siendo buen amigo.

-¿Cómo han reaccionado al verlo llegar a la presidencia?

-Unas me han felicitado y otras me han compadecido por la mucha responsabilidad que me venía encima, porque el oficio de presidente es un oficio muy duro.

-¿Qué edad tenía usted cuando echó la primera rúbrica afectiva?

-No lo recuerdo.

-¿Era soltero o casado?

-¿Por qué le interesa tanto saberlo?

-Yo creo que a los españoles, a margen del «puedo prometer y prometo» y todas esas cosas tan serias que usted dice, les interesa conocer como es en realidad su presidente.

-¿De veras cree que les interesa eso?

-Mucho más que los pactos de la Moncloa, se lo aseguro.

-Pues dejémosles entonces en suspenso para que sigan interesados.

-¿Entra con mucha frecuencia en la unión del centro?

-Todas sus preguntas encierran tres, cuatro, cinco o seis intenciones.

-Esta es bastante malévola, lo reconozco, pero me gustaría que me la respondiera.

-Ciertamente, la Unión de Centro Democrático, la UCD, entra mucho en mí y yo entro en ella...

-¿Su mano derecha sabe siempre lo que hace su mano izquierda?

-Casi siempre procuro tenerlas bien comunicadas.

-¿A quién le dio el primer beso de amor?

-A una española.

-El otro día, sin saberlo, se metió usted en un bar gay de Ibiza. ¿Qué opina usted de los homosexuales?

-Me reservo la opinión.

-¿Cree que el aborto debe ser sancionado?

-Habíamos quedado en que...

-Está bien, está bien. ¿Le gustaría ser un poco más alto?

-Más que más alto, me gustaría ser más en todas las facultades intelectuales. Las físicas me preocupan menos.

-Pero una buena imagen, una imagen joven es importante para el electorado. Ahí tiene, por ejemplo, el caso de los Kennedy.

-El hecho de tener un físico agradable puede ser una aportación a la carrera política, pero con ello no basta para llegar a presidente.

-¿Cuántas horas pasa con sus hijos al cabo del día?

-Muy pocas, desgraciadamente.

-¿Se confiesa muy a menudo?

-Con alguna frecuencia.

-¿Qué es «con alguna frecuencia»?  ¿Cada semana?

-No, no tanto.

-¿Cada mes?

-Me confieso cuando lo necesito.

Hoy, Adolfo Suárez se ha confesado con nosotros, pero solo nos ha contado los «pecados veniales», demostrando que sabe nadar y guardar la ropa. Felices vacaciones, señor presidente.