La mayoría de catalanes creen que no habrá referendo el 9-N

JOSE RICO
BARCELONA

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Consulta no equivale a independencia. Los catalanes parecen tener clara la diferencia entre estos términos porque la voluntad declarada de participar en el referendo del 9 de noviembre es superior al apoyo que ahora mismo se manifiesta a la idea de un Estado catalán. Según el Barómetro Político de Catalunya del GESOP, dos de cada tres ciudadanos estarían dispuestos a votar el 9-N, si es que hay consulta. Porque la mayoría de los catalanes sigue sin tener claro que esta se celebre. El paréntesis que se ha abierto tras el pacto de la fecha y la pregunta y mientras la solicitud del referendo llega al pleno del Congreso ha estancado desde diciembre los porcentajes de apoyo y rechazo a la ruptura con España.

A ocho meses de la fecha que acordaron el Govern y las fuerzas soberanistas, el 46,8% de los catalanes opinan que el 9 de noviembre no habrá consulta, aunque son más de un tercio (38,4%) quienes creen que sí se celebrará. El 14,9% no se pronuncia sobre esta cuestión en un sondeo realizado después del debate del estado de la nación, en el que el presidente Mariano Rajoy propinó otro portazo al referendo e, incluso, a la reforma de la Constitución. El optimismo es mayor entre los partidarios de la independencia -el 53,4% asegura que habrá consulta- que entre los que se oponen -el 60% piensa que no se celebrará-. La división más acentuada se halla entre los votantes de CiU: un 45,9% estima que se votará el 9-N, pero un 39,7% opina lo contrario.

La intención de voto influye también a la hora de decidir si se irá a votar en caso de que el referendo se haga realidad. El 67,3% de los entrevistados garantiza que participará y un 14,3% declara que probablemente lo hará. Solo el 11,5% descarta hoy por completo participar en el referendo y un 4,8% asegura que probablemente se abstendrá. Obviamente, el electorado independentista está mucho más movilizado. Entre quienes responderían  a las dos preguntas del referendo, el 92% dice que acudirá a votar. Sin embargo, el abstencionismo es mayor entre quienes rechazaría la secesión y solo el 53,7% da hoy por segura su participación.

En diciembre, nada más conocerse la pregunta, EL PERIÓDICO publicó un sondeo que constataba que un 44% de los catalanes votarían a favor de la independencia y el 36%, en contra, con un alto porcentaje de indecisos (19,8%). Tres meses después, hay menos indecisos y esta bajada es directamente proporcional al repunte del independentismo. Como en la encuesta anterior, el porcentaje de abstencionistas, que es del 7%, se ha excluido a la hora de calcularse los votos de las dos preguntas para extraer el resultado final, ante la imposibilidad de estimar su comportamiento por la falta de precedentes de este tipo de consulta.

En la primera pregunta -¿Quiere que Catalunya sea un Estado?-, el 53,4% escogería la papeleta del sí, frente a un 31,9% que votaría no. En la segunda pregunta -¿Quiere que este Estado sea independiente?-, el 86,4% votaría  y el 8,3% votaría no. Ahora bien, este resultado significa que, sobre el total de votantes, el respaldo a la independencia se situaría en el 46,1%. Ergo, el sí-sí ganaría, pero el aval a la secesión no llegaría al 50% en el conjunto de los catalanes. Otra tendencia que marca este sondeo es el descenso de votantes del sí-no, que englobaría a los partidarios de una tercera vía federal. Han caído tres puntos en tres meses.

LA VARIABLE EMPRESARIAL / A falta de comprobar si la tendencia se mantiene, en el debate independentista influye otro factor: la opinión (más bien reacia) del empresariado. Un 47,4% de los catalanes admiten que tienen en cuenta las tesis de los empresarios y a un 44% le importan más bien poco. Estas tesis, para la mitad de encuestados, son claramente contrarias a la independencia, aunque uno de cada cuatro cree que este sector, al que todos los partidos cortejan, acabará secundando la ruptura.