EL DEBATE SOBRE LAS FINANZAS

Balanzas con contrapesos

Una veintena de académicos apoya el método de De La Fuente para el cálculo de los déficits o superávits fiscales Todos ellos no obstante ofrecen mejorar la estimación de ingresos y gastos

Exsecretario de Hacienda 8 Antoni Zabalza.

Exsecretario de Hacienda 8 Antoni Zabalza.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ
MADRID

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El mar en calma de la veintena de académicos debatiendo ayer sobre balanzas fiscales en una de las sedes del Ministerio de Hacienda poco tenía que ver con el temporal político azotaba el exterior.

El Instituto de Estudios Fiscales (IEF) celebró ayer un seminario con profesores, catedráticos y doctores de ocho universidades para someter a examen la metodología propuesta por los expertos designados por el ministro Cristóbal Montoro para calcular las balanzas fiscales de las comunidades autónomas.

Los académicos prestaron su apoyo al método conocido como de carga-beneficio empleado por los profesores Ángel De La Fuente, Ramón Barberán y Ezequiel Uriel para calcular las diferencias entre lo que cada comunidad aporta al Estado y el gasto que recibe de este (balanzas fiscales). No obstante pusieron sobre la mesa múltiples propuestas técnicas para, a su juicio, estimar mejor los ingresos y los gastos que se deben imputar en cada platillo de las balanza.

De La Fuente apuesta por medir la diferencia entre lo que pagan los ciudadanos de un territorio y los servicios que reciben frente al método de flujo monetario (diferencia entre el dinero que sale y entra en una región), que es el que prefiere utilizar la Generalitat y que, en el caso de Catalunya da como resultado un agravio mayor: unos 11.000 millones bajo el método carga-beneficio para el 2005; unos 16.000 bajo el de flujo monetario.

Antoni Zabalza (Universidad de Valencia y presidente de Ercros) propuso eliminar los ingresos y gastos derivados del ciclo económico en los cálculos. Con la propuesta del también exsecretario de Estado de Hacienda socialista, el déficit fiscal catalán real («no explicable», en jerga académica) sería aún menor que con la de De la Fuente: 2.567 millones frente a 9.600, en el 2010.

De entre los expertos intervenientes, tan solo una voz adquirió un tinte más político, distinto del academicismo dominante. «¿Por qué tiene importancia este estudio?», se preguntó Clemente Polo, de la Universitat de Barcelona. «Porque la balanza fiscal es el único asidero que tienen en Catalunya quienes defienden la independencia», resolvió.

Fuera, seguía el fuego cruzado entre representantes autonómicos de Extremadura, Madrid, Baleares, Valencia y Catalunya por los agravios financieros que se perciben en cada una de estas regiones. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, optó por quedarse al margen del choque, que juzgó habitual siempre que se abre el debate de la financiación.

De La Fuente juzgó que sería un «grave error» utilizar los datos de las balanzas fiscales (que Hacienda prevé publicar en abril) para diseñar la nueva financiación. Las balanzas miden la diferencia entre lo que se paga y lo que se recibe. La financiación -dijo- debe resolver que todos los ciudadanos reciban los mismos servicios públicos.