El tablero catalán

'Convergència de izquierdas'

Junqueras y Maragall, ayer, en rueda de prensa en el Col·legi de Periodistes.

Junqueras y Maragall, ayer, en rueda de prensa en el Col·legi de Periodistes.

XABIER BARRENA / JOSE RICO
BARCELONA

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Uno de los secretos de CiU para haber ocupado 27 de los 34 años de Generalitat recuperada es, sin duda, su transversalidad. La antaño coalición y hogaño federación es la casa de socialdemócratas modelo sueco (o así se tildan algunos, como el alcalde de Barcelona, Xavier Trias) y de democristianos, de esos que participan, por ejemplo, de la ley del aborto del Gobierno de Mariano Rajoy. Visto el modelo, Oriol Junqueras ha decidido probar suerte con una especie de CiU de izquierdas, construir una referencia en un espacio amplio y que acoja múltiples sensibilidades.

El objetivo va mucho más de las elecciones europeas, que se convierten, eso sí, en una especie de prueba, y no es otro que derrotar a CiU. El primer socio en esta andadura es Ernest Maragall. Pero se esperan más.

UNICA EUROLISTA CATALANA / El exconseller será el número dos de la lista europea de ERC merced a la coalición de su partido, Nova Esquerra Catalana (NEC). La republicana es la única candidatura sin referente en el resto del Estado: «Es la única lista centrada en Catalunya», se vanaglorió Junqueras ayer en rueda de prensa conjunta. El número uno es Josep Maria Terricabras, independiente. Y el número tres, contra lo que cabía suponer, no será, seguramente para otro exsocialista, Toni Comín. Primero, porque los republicanos también quieren contar con algún espacio para los suyos, y habida cuenta de la improbabilidad de que salga elegido diputado, parece un cartucho destinado a ser disparado más adelante. Gestión comunicativa. El entendimiento con Comín, pese a todo, es más que excelente, según fuentes republicanas.

«La independencia es la única opción inteligente ahora mismo» aseveró Maragall, casi a modo de contraseña para entrar en el reino de los republicanos. Eso sí, negó ningún tipo de conversión y apeló a la coherencia de un camino que se inició «en el 2003, con Pasqual Maragall y Josep Lluís Carod-Rovira» y que vio en la sentencia del Tribunal Constitucional del 2010 el momento del cambio de chip: del federalismo asimétrico a la independencia.

OBSESIÓN Y PUENTE DE PLATA / Ironía también sobre la obsesión (Pere Navarro dixit) de Junqueras de cazar en las aguas revueltas del socialismo: «Lo que es curioso es que haya alguien cuya obsesión sea echar a todos sus compañeros».  Entre tanto, el propio Navarro aplicó aquello de a enemigo que huye, puente de plata. Ernest Maragall, el primer diputado socialista que rompió la disciplina de voto -la legislatura pasada, para avalar el pacto fiscal-, era considerado por la dirección, e incluso por los sectores críticos, como un verso suelto. De ahí que las corrientes díscolas corriesen ayer a marcar distancias respecto del gesto del exconseller, cuyo nuevo partido nunca convenció a otros dirigentes veteranos, como Àngel Ros o Marina Geli, que creen que su batalla ideológica debe librarse dentro del PSC.

El entorno de Navarro cree que las fugas de cargos y excargos a otros partidos de izquierda, como ERC o ICV-EUiA, serán puntuales y no supondrán un lastre para la recuperación del PSC. Es más, el líder aseveró ayer en RAC-1 que la marca socialista saldrá «fortalecida». Su optimismo se basa en la creencia de que bajas como la de Maragall (que ya había roto el carnet) y el exdiputado Toni Comín ayudarán a «clarificar» el proyecto del PSC, en el que solo cabe el federalismo y la consulta pactada con el Estado, y rebajará la polifonía que ofrece el partido por el «ruido» del ala más catalanista.

Navarro, además, se encargó de señalar que si Maragall ha fichado por Esquerra es porque es «independentista», como lo serán todos aquellos que puedan seguir sus pasos en las próximas semanas.