El debate soberanista

El Govern responde al memorando de Margallo

FIDEL MASREAL / Barcelona

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El Govern de la Generalitat ha elaborado el documento 'Estrechar lazos en libertad' que, según informa Catalunya Ràdio, entre otras cuestiones, plantea que la legitimidad del autogobierno de Catalunya es previa a la Constitución. El texto, de unas 50 páginas, reivindica de nuevo el referendo de autodeterminación que plantea el Parlament y asegura que la oposición del Gobierno del PP a la celebración de la consulta se volverá en contra del Estado.

El texto es una respuesta al extenso documento que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, envió a todos los <strong>embajadores españoles </strong>con argumentos para <strong>oponerse al proceso soberanista catalán</strong>.

Réplica para los embajadores

El 'conseller ' de Presidència, Francesc Homs, ha explicado este miércoles por la mañana que el documento ha sido remitido al ministro Margallo junto a la petición de que traslade esta réplica a los embajadores. "No sé si lo hará, pero según él todos los españoles son iguales y todas las opiniones han de poder ser canalizadas", ha argumentado Homs entrevistado en Catalunya Ràdio.

El documento del Govern, de 50 páginas, rebate con contundència los argumentos ministeriales. Acusa al Gobierno de "dramatitzar"

episodios históricos, y usa de forma reiterada la ironia: "Dejemos los desgarros sentimentales para las operetas y las amputaciones para los cirujanos", apunta el texto de Presidència, que reprocha al ministerio que sea poco "serio" e incluso poco democrático en sus razonamientos.

El texto añade: "Nadie quiere romper ni deteriorar esos lazos, sino justamente vivirlos desde el respeto mutuo y libremente. Nadie quiere desgarrar nada ni abandonar a nadie: esos términos sirven para tratar conflictos matrimoniales, no asuntos políticos".

En un tono muy directo y casi coloquial, se ironiza con la idea de la Constitución española como una "verdad eterna" al tiempo que se recuerda que "las cosas pueden cambiar en tan solo unos meses", y cita al respecto la independencia de Ucrania.

España sin himno

Entre las críticas se incluye, incluso, que España no haya podido "consensuar democràticamente" una letra para el himno español, argumento con el que la Generalitat acusa al Estado de negar a Catalunya la condición de sujeto político por la necesidad de "configurar simbólicamente un sujeto homogéneo imaginario".

El sujeto político

Respecto a las apelaciones al diálogo por parte del Estado, la Generalitat las califica de "retóricas". Y destaca que la cuestión clave es si "el pueblo de Catalunya es un sujeto político legitimado para tomar una decisión colectiva". También se subraya que la transición española es "impensable" sin el concurso del catalanismo, y se destaca que el restablecimiento de la Generalitat es previo a la Constitución, por lo que su legitimidad histórica no deriva de la Carta Magna.

Sobre la cuestión del referendo, subraya que preguntar a los ciudadanos no es presuponer su respuesta.

Breve comentario sobre la UE

El documento del Govern no entra a valorar a fondo el argumento del Gobierno de que la independencia dejaría a Catalunya fuera de la UE: "La cuestión de un hipotético abandono de la Unión está regulada con toda claridad por el artículo 50 del Tratado de Lisboa. En este caso, pues, sí tiene sentido resolver la cuestión citando simplemente ese punto", indica el documento de Presidència.

"Truculentos" órdagos

Respecto a la voluntad de celebrar la consulta, el texto critica que el Estado use "truculentos 'órdagos' soberanistas y desafíos a la  Constitución" cuando Catalunya es una sociedad "madura, pacífica y democrática".

Presidència asegura que no se trata de un debate jurídico, sino político: "No hay ningún documento, por importante que quiera considerarse, que vaya por delante de la realidad", argumenta.

"Es probable que se produzca un cambio político en relación con Catalunya, a corto o medio plazo, y tampoco pasará nada. Ni aquí, ni allí, ni en ninguna parte", añade. Para argumentar las posibilidades de cambios políticos, se llega a citar la independencia de Cuba tras la guerra de 1895, o el caso del pueblo saharaui: " ¿Dónde quedó en ese momento la indisoluble unidad de España? ¿Por qué nadie se hace eco de un "desgarro" real, y que aún dura?", cita el texto en relación a la experiencia de 1976 del Gobierno de "abandonar a su suerte a miles de compatriotas" en la región.

Y sobre vulneraciones de leyes vigentes, el documento recuerda que la transición y la democracia "pasaba por una vulneración consensuada y discreta de la legalidad vigente entonces". "Hoy, las objeciones del Gobierno español pueden parecer plausibles a los ojos de la comunidad internacional. Más adelante, podrían llegar a convertirse en una mera excusa legalista, en una coartada sin credibilidad y, ante todo, sin legitimidad democrática, pues lo que se niega no es la independencia sino el derecho de voto", añade.

No contra España

El texto rebate también el planteamiento de la animadversión catalana hacia el Estado: "Ni el Departamento de la Presidència ni, por supuesto, la inmensa mayoría de los catalanes siente animosidad alguna contra España ni contra los españoles, sino todo lo contrario".