Testigos del 'caso Puig Antich' revelan en un libro datos de la última ejecución del franquismo

Uno de los testimonios señala que la policía le ordenó montar un sumario a medida con el beneplácito de la Justicia Militar de entonces

El periodista Jordi Panyella, autor del libro 'Salvador Puig Antich, cas obert', en la presentación de este miércoles, 29 de enero, en la Modelo. EFE / TONI GARRIGA

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Revelaciones de testigos en el libro 'Salvador Puig Antich, cas obert' permiten conocer nuevos datos del proceso contra el último ejecutado en el garrote vil. Un compañero de militancia, enfermeras y un ayudante del juez instructor han hablado por primera vez de los hechos que tuvieron lugar hace 40 años, y sus testimonios servirían para desmontar la versión oficial y demostrar que se manipularon pruebas claves del sumario.

"Lo que más indigna de este caso es que en cada prueba presentada se puede ver la manipulación de los hechos", ha explicado el autor, el periodista Jordi Panyella, en la presentación del libro, este miércoles en la Modelo. El acto ha tenido lugar a doscientos metros de la sala donde Puig Antich fue ejecutado el de marzo de 1974, con 25 años y acusado del asesinato del policía Francisco Anguas.

Uno de los testigos que aportan nuevos datos es el compañero de militancia de Puig Antich Xavier Garriga i Paituví. "La verdad es esta: la policía solo tenía un objetivo: esconder las balas que los mismos agentes dispararon [...] ¡Quisieron esconder al verdadero responsable de la muerte de Francisco Anguas!", apunta en el libro.

Documentos guardados en un armario

El alférez Enric Palau, por su parte, relata que agentes de policía le ordenaron sacar la documentación del caso y montar un sumario a medida, con el beneplácito de la Justicia Militar de entonces, que finalmente se entregó al consejo de guerra y que, según explica el periodista, está guardado en una caja fuerte del Gobierno Militar. "Los de la policía tampoco querían que la autopsia formara parte del sumario, aunque al final la incorporaron [...] Había un armario donde se acumulaban los documentos que no se incluyeron en el sumario, y una vez que se celebró el juicio los sacaron de allí [...] Seguro que los hicieron destruir", ha relatado Palau en el libro.

La investigación también intenta desmontar la declaración "de casi ocho folios" que supuestamente realizó Puig Antich en el hospital y que, según se desprende de los testimonios, tuvo que estar "inducida por la policía". Las enfermeras que le cuidaron recuerdan que "difícilmente habría podido hacer frente a un interrogatorio" porque, debido a un disparo recibido en la cara, "tenía la boca cosida" y apenas podía hablar.

Otro testigo que prefiere mantenerse en el anonimato desvela que, de los dos médicos que firmaron la autopsia, solo uno estuvo presente y se hizo "con el cadáver dentro de un ataúd" que pusieron "encima de una mesa de la comisaría".

Investigación de la justicia argentina

Tras diversos recursos desestimados en España por el Tribunal Supremo y el Constitucional, los familiares de Puig Antich han tenido que recurrir a la justicia argentina, que ha reabierto el caso por delitos contra la humanidad. La jueza María Servini investiga los crímenes y desapariciones del franquismo entre los años 1936 y 1977.

El autor del libro, periodista del diario 'El Punt Avui', ha señalado que "judicialmente el caso no se reabre" en España "porque a los magistrados del Tribunal Supremo el pasado franquista les es demasiado cercano".