La encrucijada del socialismo

Chacón y López intentan sin éxito sumar a Madina a sus candidaturas

Madina y López, en un acto celebrado en el madrileño Club Siglo XXI.

Madina y López, en un acto celebrado en el madrileño Club Siglo XXI.

JUAN RUIZ SIERRA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Entre los que dicen en privado que sopesan presentarse a las primarias del PSOE (hay muchos y no todos acabarán dando el paso), Carme Chacón y Patxi López son quienes lo tienen más claro. A pesar de que ambos continúan diciendo que aún no saben si presentarán su candidatura a las generales, en el partido se da por supuesto que ya han tomado la decisión. La exministra de Defensa y el exlendakari no se pisan demasiado el uno al otro:  sus perfiles son distintos. Pero también hay un tercer favorito, Eduardo Madina, número dos del grupo parlamentario socialista, que si se postulara, algo para lo que ya ha empezado a prepararse, podría lograr votos en principio destinados a uno de los otros dos. Madina, que acaba de cumplir 38 años y no ocupó ningún cargo en los últimos gobiernos del PSOE, puede enarbolar la bandera del cambio. Como López, con quien le une una larga y estrecha relación, ahora más fría que hace unos años, es vasco, lo que puede acabar fracturando al PSE si ambos se presentan.

Chacón y López, tan distintos entre sí, enfocan este escenario de forma similar. Han pedido a Madina que se sume como número dos a sus respectivos proyectos para las primarias, que se celebrarán a finales de noviembre con la participación no solo de los militantes, sino también de todo aquel que pague dos euros y se adhiera a los principios del partido. La llegada del joven diputado a cualquiera de los equipos daría a este muchas posibilidades de vencer en las elecciones internas, pero la respuesta de este ha sido la misma en ambos casos. Decir que no.

El exlendakari, al que apoya una parte importante de la vieja guardia socialista, es el que menos ha ocultado su intención de sumar a Madina a su candidatura. Explora desde hace meses la posibilidad de lo que él mismo llamó un «pacto a la vasca».

EL CAMBIO / El caso de Chacón es distinto. Según los colaboradores de Madina, la dirigente catalana, de excedencia hasta junio en una universidad de Miami, insistía hasta hace poco al diputado en que era él quien debía presentarse, con ella como mano derecha. Pero ha cambiado. La exministra se ve ahora con fuerza. «Parece que todos los candidatos parten en igualdad de condiciones, pero no es así», señalan en su entorno, donde recuerdan que según las encuestas es la preferida por los votantes socialistas para aspirar a la Moncloa, y también que no solo le apoyan las federaciones que la votaron en el congreso de Sevilla del 2012, donde a punto estuvo de ganar a Alfredo Pérez Rubalcaba, sino que ahora cuenta con otros avales.

En el comité federal del pasado sábado, que puso fecha a las primarias, Chacón ya marcó perfil propio, al reprochar que el formato de las elecciones internas (con un garantista censo previo, en lugar de la inscripción y voto el mismo día de los comicios) iba a lastrar la participación. El mensaje sentó mal en las alturas del PSOE, incluso entre algunos barones que alientan sus aspiraciones, pero no en las bases.

En cualquier caso, Madina, dirigente al que algunos en el partido  acusan de indefinición, tiene claro que solo dará el paso en solitario. No quiere ataduras ni ser el subalterno de nadie, por muchos movimientos que haya para atraerle a su bando. También en la dirección del partido, que llegó a pensar en él como cabeza de lista a las europeas de finales de mayo. De habérselo propuesto, señalan en su círculo, Madina habría contestado, de nuevo, que gracias, pero no.

LOS CONTACTOS / Como Chacón y López, ya ha formado un equipo y ha elaborado las propuestas básicas con las que competiría. Porque oficialmente nadie se piensa mover hasta después de las europeas de mayo, pero en realidad los contactos ya han comenzado. No solo entre los tres favoritos.

En las últimas semanas, varios diputados han pulsado los territorios, como Pedro Sánchez, joven economista y profesor universitario, y José Martínez Olmos, que fue secretario general de Sanidad en las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero y ministro en la sombra en un departamento que tuvo hasta cuatro titulares.

Fuentes cercanas a ambos dicen que lo primero sería recoger los avales necesarios (no son muchos: el 5% de los militantes del PSOE y el PSC; es decir, unos 12.000) y después se trataría de darse a conocer y hacer una buena campaña. No lo tienen fácil.

Y mientras tanto, Rubalcaba. Él insiste en que hará lo «mejor para el partido» y su entorno señala que se trata de una decisión «muy personal». Pero resulta curioso que muchos de los que le apoyaron en Sevilla digan que no dará el paso, mientras que quienes secundaron a Chacón señalen que él quiere postularse.