Annus Horribilis II

El bombardeo, hace unos meses, de chistes visuales de dudoso gusto sobre el Rey, vía WhatsApp, dan una pista de que tampoco el 2013 ha sido un buen año para el Monarca. El mayor quebradero de cabeza ha sido su salud: hasta tres veces ha tenido que pasar por el quirófano  en un año, el de su 75º aniversario, que ya inició convaleciente de otra serie de operaciones. De hecho, en el 2012, y tras su accidente de caza en Botsuana, ya fue operado otras tres veces. La última, en noviembre.

Este marzo fue intervenido de dos hernias discales. Tras el verano, fue sometido a dos operaciones (la última, en noviembre) para sustituir la prótesis de cadera implantada meses atrás y que le había producido una infección.

Todo ello  ha mermado la actividad de Juan Carlos y, por ejemplo, ha dejado su viaje a Marruecos como el único oficial que ha realizado. Y no exento de polémica por un indulto a un pederasta, del que el Monarca, eso sí, fue ajeno.

Las convalecencias del Rey han hecho que el príncipe Felipe protagonizara en ocasiones el rol reservado al jefe del Estado. Por ejemplo, en el desfile de las Fuerzas Armadas, el pasado 12 de octubre.

Lo que más desapego popular hacia la familia real ha causado es la investigación judicial a Iñaki Urdangarin por el caso Nóos, aún abierta, en el que la infanta Cristina llegó a estar imputada, en abril, aunque solo durante un mes. La Casa del Rey protestó abiertamente por la decisión del juez José Castro. Antes, en enero, el magistrado de Palma imputó al secretario de las infantas, Carlos García Revenga.

Una ojeada al discurso del Rey en la Nochebuena del 2012 permite adivinar que tampoco ha sido en este campo un año positivo para él. En ese discurso, con el pacto CiU-ERC de fondo, Juan Carlos recordó a los navegantes, singularmente a Artur Mas, que sus planes debían respetar la ley. Hoy la consulta ya tiene fecha, el próximo 9 de noviembre, lo que ya de por sí es un augurio de un posible Annus Horribilis III para el Rey.