ALTERNATIVAS AL CONSUMISMO Y EL DESPILFARRO

La Navidad más sostenible

Diferentes talleres y actividades sensibilizan y ponen freno a los excesos de estas fechas

Manualidades. Mariángeles García y Pepita Aguilar (ambas a la izquierda), en un taller de adornos en Barcelona.

Manualidades. Mariángeles García y Pepita Aguilar (ambas a la izquierda), en un taller de adornos en Barcelona.

LUIS BENAVIDES

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Aunque Navidades y excesos han ido de la mano durante muchos años, algo está cambiando en los municipios y, sobre todo, en los hogares. Y es que la conciencia ecológica ha encontrado en la crisis económica una oportunidad de oro para acabar con sinsentidos como gastar dineral en ornamentos o echar a perder las sobras de las comilonas familiares o los juguetes del año pasado.

El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), a través del proyecto Reparat millor que nou, organiza estos días unos talleres en el número 47 de la calle de Sepúlveda de Barcelona que añaden al espíritu navideño el adjetivo sostenible. Todos estos talleres, como los dedicados a la decoración y el despilfarro alimentario, tienen algo en común: la reutilización. Así, dos viejos calcetines de color blanco pueden reconvertirse con un poquito de maña en un simpático muñeco de nieve, y las peladuras de diferentes hortalizas pueden servir para una riquísima menestra el día después.

Adornos caseros

Sin gastar ni un euro, con materiales en desuso que hay en las casas como telas, agujas, botones y cinta, es posible crear preciosas guirnaldas, estrellas, coronas y árboles de navidad. «Antes de venir al curso nos dieron una lista con el material necesario para el taller», cuenta una de las usuarias, Mari Ángeles García, quien se decantará por el muñeco de nieve y la corona. «Me ha parecido bastante sencillo. Sale muy barato y puedes hacer cosas muy bonitas», añade García.

Otros usuarios, como Pepita Aguilar, han encontrado en este curso su particular manera de relajarse al tiempo que protegen el medioambiente. «Mientras hago estas manualidades no pienso en otra cosa, y encima aprovecho cosas que irían directas a la basura», explica esta mujer.

La oferta en el local del AMB es muy variada, y muchos usuarios repiten. «Me encantan estos talleres de reciclaje y reparación porque demuestran que no es necesario comprar todo. He regalado muchas cosas hechas por mí, sobre todo a los más pequeños, porque es mi manera de transmitir conciencia ecológica», dice una de las cursillistas habituales, Montse García.

Calles engalanadas

Municipios como Sant Climent de Llobregat también han apostado por una decoración navideña diferente, económica y sostenible. «Por segundo año consecutivo hemos adornado todo el pueblo con la ayuda de los vecinos. Durante todo un mes han trabajado en los preparativos con botellas, trozos de tela, cuerdas, tapones y latas», explica el alcalde del municipio, Isidre Sierra.

La guardería, la escuela, las asociaciones de padres, la sala de lectura, los bomberos y el casal d'avis han arrimado el hombro una vez más. «Más de 200 personas han participado en esta iniciativa. El pueblo ha entendido muy bien que en estos tiempos toca apretarse el cinturón y de esta manera no solo recortamos gastos sino que cuidamos el entorno», añade el alcalde.

Esta protección del medioambiente, explica Sierra, debe tener continuidad todo el año. Por ello, su ayuntamiento organiza junto al AMB talleres de autocompostaje, entre otras actividades. «En nuestra festividad más importante, la Fira de les Cireres, organizamos un taller de compostaje doméstico. Y hace poco, en la fiesta mayor de invierno, en noviembre, los más pequeños conocieron de forma didáctica y lúdica el ciclo del agua», recuerda.

Consejos en la cocina

La reducción del despilfarro alimenticio, un clásico en estas fechas de abundancia en la mesa, comienza en la prevención. «Podemos evitar tirar alimentos si realizamos una compra ajustada a nuestras necesidades. Es recomendable hacer una lista y comprar solo lo que realmente necesitamos», explica Frederic Galimany, monitor del taller dirigido a evitar el derroche de alimentos todavía aptos para el consumo humano.

Cocineros profesionales imparten el taller en diferentes centros cívicos. «Enseñamos a preparar comidas muy saludables con unos simulacros de restos. Por ejemplo, con los huesos se puede hacer un caldo y de la piel de la patata se pueden sacar unas ricas chips. Solo hay que lavar bien las peladuras y freírlas», dice Galimany.

En la parte teórica, algunos datos abren los ojos a los participantes. «Un tercio de nuestra basura está formado por materia orgánica, y de ese tercio se puede reaprovechar el 60%. Si tenemos en cuenta que el 25% del presupuesto de un hogar europeo se invierte en alimentos, es mucho el dinero que se ahorraría», explica el técnico encargado de impartir el taller.

En el Taller Jove Natura del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès (avenida de Gràcia, 50), Òscar Barril dirige un curso de reparación de juguetes. «Durante el año recogemos juguetes de la deixalleria y los jóvenes inscritos en el taller los recuperan. Se lo pasan bien mientras aprenden nociones de electrónica y mecánica», cuenta el responsable. Los juguetes arreglados se entregan en un equipamiento municipal para niños de 5 a 11 años. 

El Espai Jove Garcilaso (Garcilaso, 103, Barcelona) es uno de los 12 puntos de la campaña Renova la teva joguina. «El objetivo es fomentar el respeto por el medioambiente. Al intercambiar juguetes se reducen residuos», explica la dinamizadora, Natalia Gómez, quien también dirige un taller de construcción de juegos con materiales caseros.