El PPC sopesa con Hacienda si paraliza las cuentas del Govern

el cuerpo les pide hacerlo, aunque sea solo para poner en dificultades al Govern. Sin embargo, el hecho de que la pregunta de la hipotética consulta ya esté pactada desinfla la idea porque ahora es impensable que ERC se resista a apoyar los presupuestos del 2014. En todo caso, el PPC aún no descarta del todo recurrir las cuentas y la ley de acompañamiento en el Consell de Garanties Estatutàries. Si lo hiciera, la votación prevista para el pleno de esta semana se aplazaría a enero, a la espera de un dictamen que, en todo caso, no es vinculante. Según explicó ayer Alicia Sánchez-Camacho, la decisión se tomará hoy tras analizar con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, los pros y los contras de paralizar los presupuestos. O dicho de otra forma, después de que el Gobierno le indique al PPC si lo puede hacer.

El principal motivo que alegan en público los populares para apurar la decisión hasta hoy es que quieren estar convencidos de que una demora en la aprobación de las cuentas no afectaría a la reducción del déficit. Aunque sea por pocas semanas, un bloqueo presupuestario implicaría que el Govern no pudiera recaudar fondos a través de algunos tributos incluidos en la ley de acompañamiento, lo que podría afectar al objetivo del Gobierno central.

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CONSULTA Y SUCESIONES / Los dos principales puntos en los que se basa el PPC para cuestionar la legalidad de las cuentas son la incorporación de una partida de cinco millones destinada a la consulta y la recuperación del impuesto de sucesiones. No obstante, los populares admiten que difícilmente el Consell de Garanties les daría la razón porque, por ejemplo, en el caso de los fondos para la consulta, estos constan como gastos en «procesos electorales», por lo que el órgano consultivo podría decir que ese dinero podría destinarse a las elecciones europeas.

Si Camacho desiste, los populares no darán por zanjado el tema. A la mínima que sospechen que el Govern destina un solo euro a la consulta se plantearán denunciarlo a la fiscalía por un delito de «malversación». Es decir, nada de bajar el tono, lo que quedó claro también ayer cuando la líder del PPC resumió los presupuestos como «los más caros de la historia porque se llevan por delante la convivencia». Aldabonazo al que añadió el calificativo de «cuarteto de la chancleta» a los partidos que pactaron la pregunta. Quiere pintar a CiU como un partido radical, y por eso lo vinculó veladamente con aquella imagen del diputado de la CUP David Fernàndez blandiendo una sandalia frente al exministro del PP Rodrigo Rato.

EL ALA DURA / En el capítulo de frases contundentes también participó José María Aznar. En una conferencia  en Granada, el expresidente subrayó que el Estado «debe reaccionar con eficacia y de manera proporcionada a la gravedad del desafío [independentista], que es mucha». Evitó relacionar el soberanismo catalán con ETA. Ahora bien, dijo que con el terrorismo la Constitución se enfrentó a «una estrategia de destrucción» y que el órdago catalán busca la ruptura con una estrategia «ciertamente distinta, pero frontal e ilegal».

La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, trató de frenar las presiones del ala más dura del partido y rechazó cerrar el grifo de las ayudas financieras a la Generalitat para no espolear más el independentismo. Posteriormente, el ministro de Exteriores, José Manuel García- Margallo, avisó en Bruselas  de que el Govern no lograría casi ningún apoyo internacional si declarara la independencia de forma unilateral, informa Eliseo Oliveras. El ministro añadió que el nivel de bienestar de los catalanes se reduciría en un 25% en caso de secesión.