El órdago soberanista

El 74% de los catalanes reclaman a Rajoy que autorice la consulta

JOSE RICO / Barcelona

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La consulta soberanista ya tiene fecha y pregunta, pero le resta aún por conseguir la garantía de que se celebrará. En su presión al Estado para que mueva ficha, los partidos que el jueves pactaron los dos apartados de la pregunta y el 9 de noviembre como fecha, siguen teniendo un respaldo amplísimo de la ciudadanía. Tres de cada cuatro catalanes están a favor de que se les consulte sobre la independencia y prácticamente un idéntico porcentaje (73,6%) exigen a Mariano Rajoy que se avenga a autorizar el referendo. Es el resultado del sondeo de urgencia elaborado por el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO tras conocerse la pregunta.

Solo el 20% de los catalanes rechazan hoy la celebración de un referendo y, en consecuencia, opinan que el Ejecutivo central debería prohibir el órdago de Artur Mas y las fuerzas políticas soberanistas. Pero la reivindicación del derecho a decidir se demuestra transversal en el hecho que una porción significativa de votantes de los partidos abiertamente contrarios al referendo admiten, pese a todo, que los catalanes deben ser consultados. No llegan a ser mayoría, pero representan el 25,8% de los electores del PPC y el 43,6% de los que apoyaron a Ciutadans en las elecciones autonómicas de hace un año.

La cerrazón de Rajoy a negociar la consulta hace que los catalanes sean escépticos sobre la posibilidad de que esta sea una realidad el 9-N. La división de opiniones es palmaria: el 42,9% de los encuestados opina que el referendo no se celebrará, mientras el 42,3% sostiene que sí. Los electorados de CiU, ERC y la CUP son los más optimistas; los votantes de PSC, PPC, ICV-EUiA y Ciutadans, los más descreídos.

La probabilidad, alta, de que la consulta no se lleve a cabo da paso a la discusión sobre la respuesta que debería dar Mas. La apuesta del presidente de la Generalitat es convocar elecciones anticipadas para revestirlas de plebiscito independentista. Una cuarta parte de los catalanes (27,1%) están de acuerdo con esta opción, pero son más (30,5%) los que exigen al Ejecutivo catalán que desobedezca a Rajoy y convoque el referendo de todas maneras.

Sin embargo, pese a que la actitud del PP no ha variado en este año, la apuesta por el desacato legal ha ido perdiendo apoyos. En enero, el GESOP ya preguntó a los catalanes por esta cuestión y el resultado fue del 62,8% a favor de celebrar la consulta aun sin el beneplácito del Gobierno central. En junio, el porcentaje ya había descendido hasta el 47,5%.

ESPERAR AL 2015 / Además del desacato y de las elecciones anticipadas, tampoco resulta desdeñable el 21,5% de ciudadanos que, en caso de veto estatal, consideran que la consulta debería aparcarse hasta después de las elecciones generales del 2015. El objetivo sería esperar a que los sondeos se cumpliesen y condicionar al siguiente inquilino de la Moncloa, del PP o del PSOE, que ya no contará con una mayoría absoluta. A ese clavo se aferra el PSC para justificar que una consulta acordada es viable, a pesar de que el PSOE muestra total sintonía con el PP contra el derecho a decidir de Catalunya. Un tercio del electorado socialista comparte este plan B, aunque el 28% preferiría elecciones. A los votantes de CiU, en cambio, les atrae más convocar la consulta sí o sí (45,5%), y algo menos los comicios plebiscitarios (25%), que es la vía por la que se inclina el president Mas.

Además de plantear la fórmula de la doble pregunta acordada esta semana, cuyos resultados se publicaron ayer, el sondeo del GESOP interrogó a los catalanes sobre su modelo territorial preferido. La diferencia es que, en este caso, se pregunta qué cree que debería ser Catalunya, y no qué votaría en la consulta. El Estado independiente es el que suma mayores apoyos (40,6%), seguido del Estado dentro de una España federal (19,6%), la autonomía (23,8%) y la región (5,5%).

Más allá de que la secesión tenga más adeptos que las otras vías, de estos datos se pueden sacar dos conclusiones más. La primera es que la suma de los modelos que suponen conservar algún tipo de vínculo con España (48,9%) supera al porcentaje de independentistas. Y la segunda es que el 60,2% de los catalanes quieren que Catalunya se convierta en un Estado, ya sea federal o independiente.