PERFIL

El artificiero de Hipercor

LAURA PUIG
BARCELONA

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Domingo Troitiño Arranz es uno de los etarras con un currículo más sangriento. Sobre sus espaldas carga 24 muertes, la mayoría de ellas en la matanza de Hipercor, por las que fue condenado a 1.118 años de cárcel. Ayer salió de la prisión de Teixeiro (A Coruña) tras pasar entre rejas 26 años. Nacido en julio de 1955 en Tariego de Cerrato (Palencia) y mecánico de profesión, solicitó su ingreso a ETA a finales de 1983. Lo tuvo fácil, pues su hermano Antonio -a quien un tribunal de Londres decretó su libertad el pasado 22 de octubre tras el fallo de Estrasburgo sobre la doctrina Parot- ya militaba en la banda.

Sus inicios fueron en el comando Aizkora, junto a su hermano. Según declaró a la policía tras ser detenido el 5 de septiembre de 1987, en aquellos años se dedicó a colocar artefactos explosivos en entidades bancarias de Guipúzcoa, así como en dos bares, el Txiki de San Sebastián y el J.J. de Rentería. También participó en el atentado que acabó con la vida del guardia civil Ángel Zapatero el 14 de junio de 1984 en la capital guipuzcoana.

El enfrentamiento con una patrulla del instituto armado, en el que murió un terrorista, provocó que los hermanos Troitiño huyeran a Francia. Allí sus destinos se separaron.

Mientras Antonio se fue para Madrid a sustituir a la histórica Belén González, alias Carmen, Domingo recaló en el comando Barcelona en febrero de 1987. Junto a Rafael Cande, atentaron contra la Guardia Civil de la Aduana del puerto y acabaron con la vida de un agente. Posteriormente, causaron la muerte de un transeúnte en la avenida de la Meridiana cuando accionaron un coche bomba al paso de un vehículo del cuerpo armado, y pusieron sendos artefactos en una entidad de Société Générale en la capital catalana y en la refinería de Empetrol en Tarragona.

Cisma con HB

Sin embargo, por lo que será recordado Domingo Troitiño es por el atentado más sanguinario de la historia de ETA. Según la investigación, él fue el encargado de fabricar el artefacto explosivo en uno de los pisos francos que la banda tenía en Barcelona y, junto a Rafael Caride Simón, estacionó en el aparcamiento de Hipercor el Ford Sierra cargado con 30 kilos de amonal, 100 litros de gasolina y escamas de jabón y cola de contacto que provocó 21 muertos y 45 heridos. Tras colocar el coche bomba, el propio Troitiño se encargó de realizar tres llamadas de aviso: a la Guardia Urbana, al diario Avui y al supermercado. Este atentado supuso un cisma entre ETA y una parte de su brazo político, Herri Batasuna, que no aprobó el salto cualitativo que supuso aquella matanza de civiles.