MOVIMIENTOS EN LAS FILAS SOCIALISTAS

El PSC fuerza la caída de Zaragoza por el espionaje

Rubalcaba y Zaragoza conversan en el Congreso, en el 2010.

Rubalcaba y Zaragoza conversan en el Congreso, en el 2010.

JOSE RICO
BARCELONA

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Como en los más destructivos terremotos, el serial del espionaje político en Catalunya tiene tantas réplicas que ya ha provocado víctimas en dos partidos por más resistencias que estos han opuesto. Si CDC se desprendió en su día de Xavier Martorell,

ayer le tocó al PSC soltar lastre. Los socialistas forzaron la dimisión de su exsecretario de organización José Zaragoza como miembro de la ejecutiva del PSOE, el único cargo orgánico que mantenía actualmente, tras desvelar EL PERIÓDICO que encargó en el 2010 espiar al actual alcalde de Badalona, el popular Xavier García Albiol. Fue la gota que colmó un vaso repleto de datos que, según la policía, apuntan a Zaragoza como urdidor del misterioso episodio de La Camarga. Tras hablar con el primer secretario del PSC, Pere Navarro, el dirigente socialista aceptó dar un paso atrás, aunque conservará su escaño en el Congreso con el argumento de que no está imputado.

El desenlace de la jornada se intuía desde poco después de las nueve de la mañana, pero se hizo de rogar más de lo que podía esperarse. Además de Zaragoza y Navarro, el tercer protagonista de la operación fue el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Después de toparse con las últimas novedades del caso, el líder socialista dio por sentado en la cadena SER que el PSC saldría a dar explicaciones públicas. Supuso que el «OK» de Zaragoza en un correo electrónico a la jefa de seguridad de Método 3, Elisenda Villena, para que espiase a García Albiol merecía alguna respuesta por parte del partido hermano. «Dejemos que actúe el PSC. Supongo que hoy saldrá a dar otra explicación», auguró.

NADA NUEVO, EN PRINCIPIO / Pero, en ese momento, el entorno de Navarro no tenía previsto romper su silencio porque consideraba que no había nada nuevo que aportar a la versión que el primer secretario ha defendido desde que estalló el escándalo y que repitió el pasado lunes: «Si descubro o conozco una situación irregular, seré el primero en denunciarla. Pero, de momento, conocemos estos aspectos por la prensa. Cuando haya acusaciones claras y ciertas, actuaremos, no antes». Lo que se sabía ya el lunes era el informe policial que atribuye al PSC el pago de 1.750 euros a Método 3 por espiar el almuerzo entre la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, y Victoria Álvarez, ex de Jordi Pujol Ferrusola.

Quizá contrariado por la falta de reacción, Rubalcaba descolgó el teléfono y llamó a Navarro para reclamarle un gesto contundente con su exsecretario de organización, hoy a las órdenes del líder del PSOE en el Congreso. El contacto fue «cordial», según fuentes conocedoras, y no hubo una «presión» de Rubalcaba sobre Navarro, aunque el primero reconoció al segundo que quedaba a la espera de una decisión del PSC sobre Zaragoza. Lo mismo que había manifestado en la entrevista radiofónica. Navarro, que siempre ha expresado en público su confianza en la palabra del diputado, contactó entonces con él y ambos pactaron la renuncia «de común acuerdo», según fuentes del PSC. Luego llamó a Rubalcaba para informarle de la decisión.

Dichas fuentes subrayaron que la salida de la ejecutiva del PSOE es provisional, hasta que la jueza aclare el vínculo de Zaragoza con el espionaje. Pero en el comunicado que remitió por la tarde, el exnúmero tres del PSC no explicitaba que la medida sea cautelar. Justificó su dimisión «para no perjudicar al partido» y a la espera de que la justicia demuestre lo que en la propia nota volvía a sostener: «En el período como secretario de organización del PSC, nunca he utilizado ningún instrumento ilegal como medio para desarrollar mi actuación política». La continuidad como diputado le permite mantener el aforamiento ante el Tribunal Supremo si acaba imputado.

SIETE MESES DESPUÉS / Han tenido que pasar siete meses desde que este diario destapase el asunto de La Camarga hasta que el PSC ha juzgado insostenible la situación de Zaragoza. De hecho, al forzar su salida, el partido eleva el listón de su doctrina con los cargos involucrados en casos de corrupción. Hasta ayer, tan solo había apartado a aquellos que estaban imputados, como el sucesor de Zaragoza en la secretaría de organización, Daniel Fernández, o el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos.

A los pocos días de estallar el caso, Zaragoza renunció a su cargo en la dirección del grupo parlamentario del PSOE, aunque entonces el motivo fue la ruptura de la disciplina de voto de los diputados del PSC para apoyar el derecho a decidir.