EL 'CASO GÜRTEL'

El PP se distancia del extesorero Luis Bárcenas pero teme una futura 'vendetta'

GEMMA ROBLES / Bruselas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llegó ayer Mariano Rajoy a la sede del Consejo de la UE una hora antes de lo anunciado. Su equipo decidió no avisar a la prensa del cambio horario. El presidente, seguramente, prefería no toparse con los periodistas el día en que su agenda estaba prevista una negociación intensa en Bruselas y, por decisión de la fiscalía y del juez Pablo Ruz, acabó añadiéndose la encarcelación de Luis Bárcenas, el hombre al que Rajoy confió la tesorería del PP en el 2008 y que, años atrás, había custodiado mano a mano con Álvaro Lapuerta las finanzas populares.

Una vez que se hizo oficial la noticia, los responsables de comunicación del Gobierno y del partido marcaron el camino a seguir: hablar del asunto lo menos posible, marcar distancia y manifestar respeto a la decisión judicial, sin más. Se eligió al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, como portavoz gubernamental para incidir en ese respeto a los tribunales y añadir, de paso, que seguirá habiendo "colaboración" con la justicia, una actitud que, según personas próximas al extesorero, nunca ha entendido Bárcenas, confiado en que los populares controlarían a su favor a la policía (UDEF) y a la fiscalía una vez llegaran al poder.

"No hay nadie, ni en el PP, ni en ningún sector de la sociedad española que pueda estar en contra de la investigación de todos y cada uno de aquellos hechos que la justicia entienda que tengan que ser sometidos a investigación", enfatizó ayer Gallardón. Otros compañeros de filas, no obstante, admitían cierto temor ante la vendetta que pudiera derivarse del ingreso en prisión, una situación que, según dicen, siempre ha sido temida por el extesorero.

Minicomunicado

Ese argumento sugerido por Gallardón, el de la "colaboración" para que los corruptos paguen aunque sean del partido, es el que en los próximos días la cúpula popular piensa explotar a nivel nacional y regional (hay que recordar que llegan elecciones europeas y autonómicas), como se verá en el comité ejecutivo que el PP celebrará el próximo lunes. Mientras tanto, el deseo de los responsables políticos y de comunicación de la Moncloa y de la sede de la madrileña calle Génova es que se eviten las declaraciones públicas. Ese anhelo explica que la dirección popular emitiese anoche uno de los comunicados más cortos de su historia: "El PP manifiesta, como ha hecho siempre, respeto a las decisiones judiciales en todos los procedimientos".

Lejos queda el texto extenso, de apoyo explícito, que el partido redactó en 2009, cuando Bárcenas dejó su puesto por su imputación. Lejos también las disputas entre el ahora encarcelado y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, partidaria de haber echado al extesorero mucho antes de lo que se hizo. En la cabeza de varios dirigentes consultados, la incógnita sobre lo que Bárcenas pueda "contar" --según unos-- o "inventar", según otros en próximos días. Se verá.