LOS ESCÁNDALOS DE LOS CONSERVADORES

El PP cambia de estrategia y carga contra el juez del 'caso Bárcenas'

Arantza Quiroga (presidenta del PP vasco), Mariano Rajoy y Maria Dolores de Cospedal, ayer en Madrid.

Arantza Quiroga (presidenta del PP vasco), Mariano Rajoy y Maria Dolores de Cospedal, ayer en Madrid.

PATRICIA MARTÍN
MADRID

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la plana mayor del Gobierno y el PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, madrugaron ayer para arropar a la flamante sustituta de Antonio Basagoiti al frente del PP vasco, Arantza Quiroga, en su puesta de largo en Madrid. Pero el desayuno informativo con el que se suele amenizar los coloquios mañaneros se le debió atragantar a más de uno cuando la líder de los populares vascos admitió que se siente «asqueada», al igual que muchos militantes, por los asuntos de corrupción que sacuden a su partido. No contenta con desmarcarse de la línea oficial del PP en un acto repleto de personalidades, marcó distancias entre los conservadores vascos y algunos de los que tienen o tuvieron despacho en la madrileña calle de Génova, alegando que mientras en Euskadi iban con las «piernas temblando» a los plenos por el miedo a los etarras, «otros estaban para otras cosas en la política». Y, para finalizar, puso en un brete a la cúpula del partido al advertir que ésta, «cuando pueda», debe afrontar «la pérdida de confianza» que han provocado escándalos tan «vomitivos» como el que atañe a su extesorero.

Ya fueran las reflexiones de Quiroga, o bien la constatación de que los investigadores delcaso Bárcenas creen que el PP cometió un delito contable -según revelaba ayerEl País-, lo cierto es que la dirección popular improvisó una rueda de prensa en la que uno de los hombres fuertes de María Dolores de Cospedal demostró que los conservadores han cambiado de estrategia.

EL DELITO CONTABLE / Si en los últimos meses el PP siempre mostraba su «respeto» a la instrucción judicial, de repente ayer Carlos Floriano, vicesecretario de organización, sugirió que el juez Pablo Ruz ­(al que eludió nombrar) podría estar impulsado una especie de «causa general» contra los populares, dado que «pide documentación, y cuando no encuentra delito, pide más documentación» y hasta abre piezas separadas «sobre la base de unas fotocopias», en referencia a los llamadospapeles de Bárcenas. Para Floriano, el proceso que instruye actualmente Ruz se basa en la «premisa insidiosa» de que el PP adjudicaba contratos a quien le había hecho donaciones.

Así, el dirigiente popular recuperó de forma oficial un discurso que convierte al PP en víctima de los supuestos abusos de instrucción de un magistrado. Vamos, como en tiempos de Baltasar Garzón.