Reacciones al Barómetro del GESOP

CDC reconoce que falta pedagogía y se aferra a la consulta

El 'president'Artur Mas, ayeren Corbera d'Ebre, junto a diversas autoridades locales.

El 'president'Artur Mas, ayeren Corbera d'Ebre, junto a diversas autoridades locales.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Convergència está convencida de que la derrota electoral que le augura la encuesta del GESOP publicada ayer por EL PERIÓDICO es un toque de atención severo pero contiene elementos que reafirman su rumbo. El toque de atención tiene que ver con la gestión del Govern y con las relaciones con su socio democristiano; la reafirmación se basa en la convicción de que los resultados del sondeo consolidan un cambio de tendencia global en Catalunya hacia el espacio soberanista, en el que está CDC. Unió, en cambio, cree que se han confirmado las tesis de su líder, Josep Antoni Duran Lleida, crítico con el independentismo convergente porque ha favorecido que el ciudadano opte por el original (ERC) antes que por la copia.

CDC ofreció ayer una respuesta oficial al sombrío pronóstico de la encuesta: falta mucho para las elecciones, lo importante no es el partido sino que se consolide la mayoría soberanista. Pero tras ese discurso era fácil detectar el resquemor por la posición de Unió y de su líder. Ayer mismo, Duran insistió en su posición moderada, lejos del ímpetu soberanista de la cúpula convergente. «No conviene que aticemos el fuego diciendo cosas que no son o abonando la prisa», afirmó en la web de su partido. Algunos dirigentes de CDC mostraron su hartazgo con esta actitud porque creen que es la que empuja hacia ERC a parte de su electorado, que no se fía de la apuesta soberanista de la federación. «La encuesta revela que la sociedad está polarizada y Duran debe decir de una vez por todas que está a favor del Estado propio», afirmaba un alto cargo convergente. Preguntado por Duran, el secretario de organización Josep Rull optó por la ironía -«voy a tocar el Stradivarius», dijo- para evitar el enésimo choque con su socio.

EL OTRO FACTOR CLAVE / Por tanto, persiste el desacuerdo entre CDC y Unió a la hora de analizar el impacto de la apuesta soberanista. En cambio, hubo coincidencia en subrayar el desgaste en solitario del Govern, el otro factor clave que, a su juicio, explica los resultados. Elconseller de Presidència y portavoz, Francesc Homs, volvió a reclamar que ERC y PSC se avengan a entrar en el Ejecutivo. «Deberíamos sumar todos un poco más», pidió. Sin éxito. Homs también asumió la necesidad de hacer más «pedagogía» para explicar la obra de Govern. «Esforcémonos en explicar mejor las cosas, hagamos más pedagogía, entendiendo que los márgenes son los que son», afirmó en TV-3.

En CDC hay quien considera que hay que cuidar más al electorado tradicional convergente: las clases medias, los comerciantes y las pequeñas y medianas empresas. A esta gente, señala un cuadro del partido, lo que les preocupa es «que no facturan nada o que no pueden pagar la hipoteca». «Nuestro electorado lo está pasando mal», resume.

Por el contrario, el vencedor en la encuesta, ERC, asumía ayer su «cómoda» posición, una palabra que utilizó la secretaria general del partido, Marta Rovira. El líder republicano, Oriol Junqueras, aprovechando su posición de fuerza, pidió al Govern que «lidere el proceso para hacer el referendo lo antes posible, con la ayuda de tanta gente como haga falta. Todos -añadió- tenemos que estar a la altura del momento».

LA ALIANZA DE LA IZQUIERDA / En el seno de la izquierda, ICV tomó la bandera de la alternativa, dados los resultados que podrían situar a los ecosocialistas como tercera fuerza. «La alternativa ya no pasa por CiU», proclamó el coordinador nacional de Iniciativa Joan Herrera. Era un mensaje dirigido a ERC, porque con los resultados de la encuesta podrían forjarse alianzas en el ámbito de la izquierda. Algo que, por cierto, no pasó desapercibido en CiU.

El PSC, que, según el sondeo, no logra poner fin a su sangría de votos, optó por una respuesta de perfil bajo. Su secretario de organización, Esteve Terrades, cargó contra Mas por generar, con su apuesta soberanista, «una Catalunya más dividida y fragmentada». Quienes también optaron por atacar en lugar de explicar sus malas perspectivas en el sondeo fueron los representantes del PP. Pese a que la encuesta consolida la tendencia de Ciutadans a comer el terreno de los populares, estos pusieron rumbo al ataque e ironizaron con la idea de que el mejor líder de Esquerra es Artur Mas.

Al PP y al Gobierno de Rajoy sin duda no les interesa alimentar la tendencia del sondeo, al que ayer fuentes de la Moncloa trataban de quitar importancia. Dársela sería admitir que la política de rechazo frontal al proceso soberanista no hace otra cosa que provocar el incremento de las opciones electorales que más claramente lo defienden.