Carta de David Reboredo a Willy Uribe desde la cárcel

El Gobierno ha negado el indulto al extoxicómano rehabilitado

David Reboredo, junto a su compañera Liliana, poco antes de ingresar en prisión.

David Reboredo, junto a su compañera Liliana, poco antes de ingresar en prisión.

David Reboredo

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Carta de David Reboredo desde la cárcel de A Lama

Amigo Willy:

Yo también me permito llamarte amigo, porque como tú me dices en tu carta, ya lo somos. Somos amigos por derecho y para siempre. Me cuentas que conoces el tema del jaco porque lo viviste viendo a muchos de tus amigos enganchados, muchos de los cuales no salieron nunca del pozo y ahí se quedaron hasta la muerte. Me dices de otros que sí lo consiguieron, lograron salir del pozo. Yo soy uno de los tantos que en mi juventud caímos en el pozo del caballo, y como en tu experiencia, me tocó ver a muchos de mis amigos que se quedaron en el camino, y también llegué a ver cómo otros se levantaron y ahí están. Yo estaba en esas, luchando desde hace muchos años.

Y tienes razón, nadie que no lo haya vivido en sus carnes o en las de algún familiar o amigo cercano sabe lo que cuesta dejar atrás la droga. Te doy la razón en lo que me dices, yo he triunfado, y lo he logrado con sufrimiento, recaídas, etc. Y lo que recibo a cambio es una condena, un castigo desproporcionado, fuera de lugar, nada menos que siete años de mi vida por tener una papela en el 2006 y otra en el 2009. Como ya sabes, entre las dos no llegaba al medio gramo de jaco. Y para que el castigo sea el doble en el momento en que tengo mi vida establizada, fuera de las drogas, ayudando en grupos de autoayuda, en objetivos sociales, tipo conseguir albergues para los sin techo, etc. He intentado, en el grupo IMAN al que pertenezco, hacer ver a los nuevos consumidores, jóvenes de 18 a 20 años, que no caigan en errores que yo cometí, o por lo menos aconsejarles que si lo hacen lo hagan con cabeza, lo que se dice cursos para consumos seguros, evitando riesgos tipo hepatitis, VIH, etc. Pero a los jueces, fiscales y políticos parece que poco les importa.

Todo este movimiento que se ha puesto en marcha desde mi ingreso en prisión me reafirma en la idea que tengo desde hace muchos años, que a pesar del mundo que nos ha tocado vivir, y de cómo está todo montado a favor de unos pocos, a pesar de todo esto, siempre en la condición humana conocemos, nos encontramos con personas que desbordan corazón y comprensión. En una palabra: humanidad. Te pido que no pongas en peligro tu salud y sé que más pronto que tarde te podré conocer en persona, y podremos charlar y tomar un “zumo de cebada”, como tú le dices. Mientras, sigue dándole vidilla al caso, que no se les olvide. Sé con toda seguridad que lo harás, que vas a estar conmigo a tope y sin pausa. Yo te pido que dejes la huelga de hambre para no tener que sufrir los dos, cuando el que tiene que pasarla soy yo, con todo tu apoyo y el de toda la gente que trabaja por lograr el indulto.

Se me acaba el tiempo, espero que nos sigamos escribiendo, yo porque ahora no puedo pues se acaba la siesta y nos hacen bajar al patio, pero en breve volverás a tener noticias. Que sepas que todo lo que te escribo puedes usarlo de altavoz en la red y hacérselo llegar a todos los que se interesan por nuestra causa. Transmíteles lo que siento, y sobre todo el agradecimiento sincero de mi persona, de corazón, y que como se dice en Galicia: Siempre na loita! Es la única manera de ir cambiando las cosas que pasan en este puto país, si es que así se puede llamar. Animo y que no decaiga el ruido, vamos a obligarles a que se les caiga la cara de vergüenza, y tengan que desmontar la injusticia que han cometido, en este caso conmigo, pero otras tantas veces con personas en mi misma situación.

Agradece a todos tus amigos y gente que colabora con nosotros, en especial al equipo de Sigueleyendo, medios de comunicación y otros activistas sociales implicados en esta lucha por la justicia.

Se despide con un fuerte abrazo y con todo mi cariño y agradecimiento:

David Reboredo.

27 de diciembre de 2012.