PPC. ALICIA SÁNCHEZ-CAMACHO

O ser el martillo pilón de CiU o recaer en la marginalidad

Alicia Sánchez-Camacho.

Alicia Sánchez-Camacho.

RAFA JULVE

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Hubo unos tiempos en los que el PPC ejercía un papel tan terciario en la Cámara catalana que se llegaron a producir situaciones como esta de la segunda etapa del tripartito: el entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, se mofaba del entonces jefe del grupo parlamentario de los populares catalanes, Daniel Sirera, arguyendo que él no era nadie para criticar las desavenencias entre el PSC, ICV-EUiA y ERC cuando Alicia Sánchez-Camacho le había arrebatado el liderazgo del partido.

En aquella época, con 14 diputados, los conservadores no pintaban nada en el hemiciclo. Ni se necesitaba su muleta para la gobernanza ni la bandera de la oposición estaba en sus manos. Años antes, en descargo de Sirera, tampoco es que fueran muy boyantes. Basta recordar, a modo de ejemplo, que en 1992 tenían solo siete escaños, muy lejos de los 18 que logró en el 2010 Camacho, que ahora se juega seguir captando los flases en el parque de la Ciutadella o volver a la marginalidad.

La candidata del PPC ha hecho visible a su partido en el Parlament convirtiéndolo en socio preferente del Govern de Artur Mas. Pero el debate soberanista ha dinamitado esa relación y los populares están a expensas de si los nacionalistas logran o no la mayoría absoluta. Si es así, las acometidas de Camacho no tendrán la misma trascendencia que si los convergentes necesitan aliarse, presumiblemente, con Esquerra. En el caso de que sucediera lo segundo, la líder del los conservadores catalanes se convertiría en el martillo pilón de Convergència y en el altavoz del Gobierno de Mariano Rajoy contra el independentismo. De ocurrir lo primero, también lo intentaría, pero Mas tendría la fuerza suficiente para desairar sus acometidas sin despeinarse y buscar el cuerpo a cuerpo directo con el inquilino de la Moncloa.

ARGUMENTO DE PESO / Cierto es que si CiU no obtiene 68 escaños o más pero crece el soberanismo en la Cámara, el proceso intentará seguir adelante. Sin embargo, los populares tendrán un argumento de mucho peso para iniciar la batalla: no hacía falta adelantar las elecciones solo por eso. En la pasada legislatura, CiU, ERC e ICV-EUiA ya sumaban mayoría absoluta.