El avance del soberanismo

Más de la mitad de los ayuntamientos se declaran ya independentistas

Reunión de la comisión directiva de la Associació de Municipis per la Independència, en Montblanc el pasado 27 de marzo.

Reunión de la comisión directiva de la Associació de Municipis per la Independència, en Montblanc el pasado 27 de marzo. / periodico

FIDEL MASREAL / Barcelona

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Probablemente la comparación es odiosa y el reto, excesivamente ambicioso, pero los 475 ayuntamientos catalanes que ya se han declarado formalmente independentistas aspiran a jugar el mismo papel que el municipalismo ejerció para forzar la proclamación de la Segunda República. Sirva el dato como ejemplo de la ambición creciente de este poder soberanista local, que ya ha logrado que más de la mitad de los consistorios catalanes se hayan adherido a una asociación con un propósito tan nítido como complejo: la independencia de Catalunya.

Los 475 gobiernos locales adheridos a la Associació de Municipis per la Independència (AMI) representan a 2.355.000 catalanes, un 31% de la población. Más de la mitad de los Consells Comarcals y la Diputación de Lleida se han adherido al proyecto. Y sus promotores aseguran que en pocos meses alcanzarán los 650 consistorios adheridos. Su siguiente reto será atraer a grandes ciudades, comenzando por Barcelona. Hoy por hoy, la capital del independentismo local es Girona, seguida de Sant Cugat del Vallès.

El peso de este lobi en la política catalana es todavía moderado. Pero el hecho de que en nueve meses haya conseguido que 475 ayuntamientos, por mayoría absoluta, más de la mitad de los consells comarcals y la Diputació de Lleida hayan reclamado la independencia de Catalunya, les lleva a situarse como un motor

-uno más- que alimentará el ya nutrido peso soberanista que en la actualidad existe en el seno del Govern y en la federación que le da apoyo, Convergència i Unió.

CITA CON MAS Y RAJOY / El próximo ejercicio de presión de este colectivo sobre el Ejecutivo de Artur Mas consistirá en una carta que recibirá el propiopresident, de manos de los ediles independentistas, invitándole a ponerse al frente del proyecto. En concreto, la misiva reclamará al Govern que inicie el proceso jurídico para convocar una consulta municipal ciudadana sobre la independencia.

Quizá de esta manera la asociación logrará que Mas reciba a sus representantes, algo que todavía no ha sido posible. También han solicitado una entrevista al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para exponerle los objetivos de esta iniciativa local independenista.

ASIGNATURAS PENDIENTES / A la espera de estos contactos, falta concretar cuándo debería llevarse a cabo la consulta ciudadana. Los promotores de la AMI creen que en un año o 18 meses podría estar la situación madura. Con todo, los retos de este colectivo no son menores. El primero, superar la barrera del 50% de población representada. Para ello, deberían lograr que otra capital, además de Girona, se adhiriera al movimiento y que en el área metropolitana de Barcelona también se acogieran sus proclamas.

No obstante, este objetivo no es fácil a la vista de que Lleida y Tarragona están gobernadas por alcaldes socialistas, y en Barcelona, Xavier Trias, de CiU, cuyo gobierno depende en buena medida del apoyo que le ofrece el PP, no está por la labor.

A la espera de dar pasos hacia la independencia, la asamblea de la AMI del día 7 facilitará a Mas la estrategia de presión en favor de un objetivo más inmediato, pero no menos complejo: el pacto fiscal. Los regidores independentistas tienen previsto mostrar su apoyo a la gran bandera de Mas en lo que ambición nacional inmediata se refiere.

Otro de los efectos colaterales del municipalismo independentista es el choque con los planteamientos de uno de los dos socios del Govern, Unió Democràtica y en especial con su líder, Josep Antoni Duran Lleida, quien ha expresado abiertamente su rechazo al independentismo con el argumento de que se trata de un objetivo que divide al país. En cambio, uno de los impulsores de la AMI es el democristiano y alcalde de Vic, Josep Maria Vila d'Abadal, que no parece precisamente dispuesto a plegar esta bandera.

Una bandera que prevé seguir extendiendo territorialmente gracias a decisiones como la de ayer del Tribunal Supremo cuestionando la inmersión lingüística en la educación infantil.