EL TRANSPORTE

Barcelona, de nuevo capital del disturbio

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Tras el fétido humo que soltaba el plástico quemado, se divisaba ayer por la tarde en la plaza de Urquinaona de Barcelona un paisaje de contenedores ardiendo, de cristales rotos y de basura esparcida. Al fondo, una hilera amenazadora de mossos antidisturbios con las máscaras de gas puestas que, a cada poco, disparaba pelotas de goma para mantener a una distancia prudencial a varias decenas de antisistema. Todos ellos conformaban los rescoldos aún calientes de una batalla campal que, una vez más, volvió a convertir a Barcelona -siempre y solo a Barcelona- en la capital del disturbio.

Los incidentes más graves se produjeron por la tarde. Nada más bajar por Pau Claris, grupos de vándalos que marchaban a la cola de la manifestación del sindicato CGT comenzaron a quemar contenedores, a romper escaparates y a enfrentarse lanzado piedras y botellas a los Mossos, que realizaron cargas, sobre todo en la plaza de Urquinaona y la de Catalunya. Las calles de Fontanella y la ronda de San Pere, así como la entrada del Corte Inglés, fueron el epicentro de los disturbios.

CAFETERÍA INCENDIADA / La cafetería Starbucks situada entre ambas plazas fue incendiada. En toda la zona, no quedó un escaparate vivo. Los mossos sacaron las escopetas y disparando pelotas y botes de humo. En algunos puntos, grandes grupos de manifestantes llegaron a lanzarse contra las furgonetas de los Mossos, a los que obligaron a retirarse, como ocurrió en la ronda de Sant Antoni.

La jornada dejó en Catalunya 42 detenidos. El Sistema d'Emergèn-cies Mèdiques (SEM) contabilizó 80 heridos, dos ingresados en estado grave en el Hospital del Mar de Barcelona. Un total de 39 heridos eran manifestantes; 40, mossos (cuatro fueron conducidos al hospital), y uno, guardia urbano. Los violentos quemaron 200 contenedores.

Desde primera hora, grupos de alborotadores actuaron en una estrategia de golpea y corre por Barcelona, que volvió a ser la ciudad donde se registraron incidentes más graves. Así, desplazándose constantemente, volcaban contenedores y los incendiaban pero huían tan pronto aparecían los Mossos. La tensión se disparó al mediodía en el paseo de Gràcia, convertido en un caos con contenedores ardiendo y un correcalles de furgonas de antidisturbios y grupos de agitadores.

Grupos de manifestantes jugaron durante la mañana al ratón y al gato con la policía. Su objetivo era atacar las sedes de bancos y cajas de ahorros, con rotura de cristales y hogueras. Ante la Bolsa de Barcelona, un grupo de personas quemó varias bolsas ante la entrada principal provocando un pequeño fuego.

UN HERIDO EN VITORIA / Por la mañana, el conseller de Interior, Felip Puig, lanzó avisos apocalípticos sobre el cariz que iba a tomar la huelga. «Los violentos van a usar la huelga como campo de entrenamiento de cara a la gran huelga mundial del 15 de mayo», señaló el conseller, que alertó: «Los vándalos están más preparados». Los graves incidentes avalaron esas predicciones, criticadas por los sindicatos, que acusaron al conseller de actuar como «profeta de la violencia».

En el resto de España, los incidentes más graves fueron en Madrid, con 37 detenidos; en Pamplona, con 13. En Vitoria, un joven resultó herido de un pelotazo.