El catalán en las aulas

El Gobierno rehúye la bronca por la lengua pero bendice el recurso

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ayer, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

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BARCELONA

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la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, evitó ayer echar más leña a un fuego, el de la presunta conflictividad lingüística en Catalunya, que los medios afines al PP han vuelto a avivar a cuenta de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que avala el actual modelo de inmersión en la escuela. En su comparecencia posterior al Consejo de Ministros, Sáenz de Santamaría insistió en varias ocasiones en el respeto del Ejecutivo a los fallos judiciales y la única concesión que hizo a los sectores que piden reabrir esta batalla fue recordar que existe la vía del recurso ante el Supremo para debatir, de nuevo, cómo hay que aplicar la doctrina que este mismo tribunal dictaminó en diciembre del 2010.

La contención de Sáenz de Santamaría, perfectamente sincronizada con la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, demuestra que los populares no quieren incomodar más de lo necesario a CiU y menos cuando la federación nacionalista acaba de apoyarles en la aprobación de la reforma laboral. Además, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha transmitido a Mariano Rajoy, en público y en privado, que la lengua es una «línea roja» que no se puede traspasar. Y así también se entiende la moderación exhibida por la vicepresidenta del Gobierno, quien reiteró que la apuesta del PP es la de un «bilingüismo integrador»: «El Gobierno defiende y defenderá un bilingüismo integrador, que potencie en el ámbito de la escuela y de lo público esa normalidad y cordialidad que existe en el uso de las lenguas en la calle».

LA PROPUESTA DEL PPC/ El mismo argumento es el que esgrimió Sánchez-Camacho, ayer de campaña en Jaén. La líder del PPC recordó que el fallo del TSJC afecta solo a tres familias y que los populares plantean una propuesta que va más allá de la petición de estos tres casos.

«El modelo educativo que nosotros creemos que es el mejor, el de mayor excelencia, el de mayor competitividad y, además, el que garantiza los derechos y las libertades de los padres es plural, integrador y de conjunción, en catalán, en castellano y en una tercera lengua», argumentó la presidenta de los populares catalanes. Fuentes de este partido aseguran que su propósito no es «alimentar ningún conflicto» ni entrar en debates jurídicos.

La mesura mostrada por el PPC contrasta no solo con la beligerancia de algunos de sus medios más próximos, sino también con la de algunos de los protagonistas de este nuevo episodio en la polémica por la inmersión en catalán.

EL 'APARTHEID'/ Consuelo Santos, una de las que reclamó ante el Supremo que sus dos hijas pudieran recibir educación en castellano, no tuvo reparos ayer en comparar la inmersión lingüística de Catalunya con elapartheidque sufrieron los negros en Norteamérica el siglo pasado. «Que hay un Parlamento que ha votado eso mayoritariamente, muy bien. También a principios del siglo XX, en EEUU, parlamentos con mayorías absolutas votaban leyes que decían que los negros no se podían sentar en los autobuses al lado de los blancos», espetó en una entrevista enEl Matí de Catalunya Ràdio.

Según esta madre, quien advirtió de que «la fuerza de unos cuantos» logró tumbar aquellas normas, lo «único» que quieren los demandantes es que el modelo lingüístico en las escuelas sea un reflejo «del bilingüismo» que hay en la calle. Y su obsesión por conseguirlo es tal que amenazó con llevar su reivindicación al Tribunal de Derechos Humanos de la ONU.

Mientras, el director de La Salle Tarragona, Josep Maria Prats, donde estudian los hijos de otra de las familias demandantes, atribuyó su petición a una «reivindicación política». Prats explicó que una de las hijas, que cursa segundo de Primaria, ya recibe atención personalizada. «El profesor, cuando se dirige a ella, le habla en castellano y le explica el temario en esta lengua», relató.

La convivencia en la calle y la cohesión social es la argumentación que utilizan la mayoría de partidos catalanes para defender las bondades del actual modelo educativo. Elpresident subrayó que la escolarización en catalán contribuye a favorecer la igualdad de oportunidades y recordó que la lengua configura la «identidad de un país». Según Mas, con sentencia o sin ella, el Govern se reafirma en la vigencia de este sistema. «Más allá del conocimiento de la lengua, este modelo conviene a Catalunya desde el punto de vista de la cohesión y la igualdad de oportunidades», manifestó ayer durante una visita a Figueres.