Cuando un fin de semana es relevante

El PSC tiene un congreso clave y ha mostrado vitalidad con cuatro candidatos explicándose. No pasa en otros partidos, donde las cúpulas imperan. Pero ahora debe admitir las realidades.

Primera. El equipoMontilla-Zaragoza-Icetallevó al PSC (junto a laonda Zapatero) a su mayor éxito. Jugaron bien lacarta Maragall porque sabían que el centro-izquierda es más que Nicaragua. Pero tras la marcha deMaragall,

la crisis y los zigzags del PSOE no han estado a la altura. El cambio se impone.Montillalo sabe,Zaragoza-cuco- dice que pasa a segun-

da fila, eIceta,pese a ser el menos responsable, no ha tenido empuje para abrir la nueva etapa.

Segunda. PSC y PSOE deben digerir que la crisis (y los nuevos límites al gasto público) obligan a repensar su papel. La socialdemocracia no es una ideología cerrada, sino el pacto de los partidos socialistas con la democracia y la economía. Pero el cambio no es copiar a los adversarios ni culpabilizarse.Pere Navarropuede ser sensible al «giro a la izquierda», aunque sería un error, porque los votos perdidos han ido más aDuran LleidayJorge Fernándezque aCoscubiela.YÀngel Ros puede tener la tentación de subir la graduación catalanista, pero la fuga de apoyos del PSC ha ido a parar al catalanismo (CiU) y al españolismo (PP).

Tercera. El gran error del equipo deMontilla(ahora lo repiteQuim Nadal) ha sido navegar sin rumbo. Rehuir adoptar posiciones claras y defenderlas con uñas y dientes. Lo hizo Pujol(Banca Catalana) y lo hace hoyMas(ajuste presupuestario). Vamos al eje catalán. El PSC estuvo bien. Logró el EMP (Estatut Máximo Posible) y ganó, junto a CiU e ICV, el referendo. Fue más raro lo de repetir luego un tripartito que había perdido el proyecto común.

Pero la madre de todos los pecados fue la sentencia del Constitucional contra el Estatut. Creo que con un PSC decidido no la habría habido. Pero, tras ella, había que marcar posición. Y mantenerla contra viento y marea. Un partido no puede, al mismo tiempo, tener ministros en Madrid, convocar una manifestación de protesta junto a los contrarios al Estatut y no votar luego en Madrid un texto que propusieron en Catalunya. No es falta de catalanismo, sino de coherencia. Perdieron la brújula de navegar y la complicidad con la sociedad civil. Fue una estupidez.

Cuarta. Lo positivo es que han surgido dos políticos que parecen decididos y sin complejos:Pere NavarroyÀngel Ros,que no son corchos a la deriva.Navarro(el voto para quien lo trabaja) ya tiene la mayoría. Pero no ganará bien si el congreso margina al sector catalanista. Debe cuidar la tradiciónObiols-Serra-Maragall-Castells. Ros,con más personalidad pública, sabe que no ganará pero que tiene un capital importante. Y que las bisagras (Roslo es con el centro catalanista) tienen prima. Pero inclusoObiolsnecesitó aFelipe González.No puede entrar en uncul de sac.Y los dos intentarán ganarse al tercero (Elena) para pactar desde la ventaja.

Habrá tensión, pero ganar elecciones exigeseny.Y ambos tienen un mismo problema: no son diputados y no podrán explicarse (ni enfrentarse aMas) en el Parlament. El acuerdo será difícil, pero es imprescindible si Catalunya debe tener una alternativa a CiU. Además, se puede vivir sin serpresidentde la Generalitat.