La familia del presidente

El estrés de la 'primera dama'

Elvira Fernández, en un mitin de Mariano Rajoy en Las Palmas de Gran Canaria, en el 2004.

Elvira Fernández, en un mitin de Mariano Rajoy en Las Palmas de Gran Canaria, en el 2004.

OLGA PEREDA
MADRID

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Templada, sincera, discreta, abierta aunque no le gusta hacerse notar, enemiga de las apariciones públicas y madre preocupada por la educación de sus hijos. En cuatro líneas, así es Elvira Fernández, Viri, la nuevaprimera damay la mujer «inteligente, guapa y con una personalidad muy marcada» que, según confiesa Mariano Rajoy, le encandiló desde que la vio. Fue en Pontevedra en 1992. Les presentó Luis, el hermano del actual líder del Partido Popular. Ella estaba terminando la carrera de Empresariales (les separan 10 años de edad).«Desde el primer momento, sentí que aquella mujer no me iba a dejar indiferente de por vida», admite Rajoy en su libro de memorias,En confianza(Planeta).

Cuatro años después, cuando el próximo presidente del Gobierno tenía 41, se casaron en la capilla de las Conchas de la isla de La Toja, la pequeña patria de la pareja. Siempre quisieron una boda íntima, pero no pudieron evitar que más de cien periodistas les esperaran a la salida de la iglesia. Rajoy lo lamentó por ella, que no se sentía nada cómoda con los focos. Tampoco ahora. Pero lo asume. Por eso, en la derrota electoral del 2008, Viri salió al balcón de la sede madrileña del PP y abrazó (y se dejó abrazar) a su marido con ternura. Por eso, el 20 de noviembre del 2011, salió al mismo escenario y besó en los labios (un tímidopiquito, eso sí) a su marido. Cuando los fans que les vitoreaban en la calle de Génova de Madrid se lo pidieron, también saltó. Igual que él.

Clásica, pero menos

Nacida en Pontevedra en 1965 y licenciada en Empresariales, Viri es la mayor de tres hermanos de una familia de clase media. Actualmente, trabaja en Telefónica, en el departamento de contenidos para el mercado audiovisual, donde ha tomado varias excedencias para acompañar a su marido. No solo le acompaña sino que también trata de modernizarle. Un poco. Viri es clásica, pero algo menos que su esposo. Hace tiempo, ella le regaló una chaqueta de ante. Él se la puso, pero en cuanto se metió en el avión, se la quitó y optó por una prenda de toda la vida.

Otra de las preocupaciones fundamentales de Viri es la educación bilingüe de sus hijos: Mariano, de 12 años, y Juan, de 6. Si al final la familia se muda a la Moncloa, los chavales«no se van a esconder, pero no van a tener protagonismo», según aseguró hace poco su padre, que no es un derroche de virtudes con las labores domésticas, pero sí dedica tiempo a hacer los deberes con ellos. Sobre todo, los de Geografía e Historia, dos de sus materias preferidas. La asignatura pendiente, sin embargo, es el inglés, lengua en la que tanto su mujer como sus hijos se defienden bastante mejor que él.

En lo que también Viri destaca más que su marido es en simpatía. En el 2007, durante un viaje a Argentina, ambos coincidieron con Antonio Banderas y Melanie Griffith. Ella fue la más dicharachera durante el encuentro con la pareja de Hollywood.

Incluso, animó a Rajoy a acudir a la fiesta que los actores habían organizado esa noche. No fueron. Él no quiso. Y ella lo asumió.