La crisis del euro

La tasa Tobin empieza a ganar adeptos en el seno del G-20

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / CANNES

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Poco a poco, la tasa sobre las transacciones financieras que propugna la zona euro empieza a abrirse paso entre los líderes del G-20. No es momento aun de echar las campanas al vuelo pero representantes de un centenar de organizaciones no gubernamentales (oeneges) invitadas a participar en la cumbre de los 20 paises más ricos y emergentes del mundo expresaron ayer su esperanza en el paso adelante que puede significar la cumbre de Cannes, pese a estar abducida por los problemas de Grecia y el euro.

Con la llamada tasa Tobin se busca que el sector financiero contribuya a la salida de la crisis y al desarrollo de los paises mas desfavorecidos. Su aplicación se ha convertido en el símbolo de quienes reclaman del G-20

que sea algo mas que un foro para salvar el capitalismo y las instituciones financieras, que es como se percibe entre los movimientos antiglobalización. De ahí que la figura de Robin Hood (el bandido que robaba a los ricos para repartirlo entre los pobres) se haya convertido en icono del impuesto.

El giro que supone la cumbre de Cannes es que ya no se juzga imprescindible el consenso de todos los miembros del G-20 como condición previa para aplicar la tasa sobre las transacciones financieras internacionales.

Francia y Alemania -que impulsan esta iniciativa junto a la propia Comisión y el Parlamento europeos y a países como España- creen ahora que es suficiente contar con un grupo representativo de países para «abrir camino». Este enfoque permite pasar por alto el rechazo a esta tasa que profesan EEUU, Reino Unido, China, Canadá, Japón y Australia. El presidente francés dio cuenta ayer de la actitud positiva expresada por Brasil y Argentina y confió en que pronto se constituya «un grupo de países para liderar este asunto». «Es un buen paso», valoraron los representantes de las oeneges. «Paso a paso vamos avanzando en el consenso para que la tasa pueda ser aplicada a nivel global», valoró la ministra española Elena Salgado.

EQUÍVOCO CON OBAMA / La tasa Tobin encontró ayer un inesperado y potente aliado en la persona del multimillonario Bill Gates. El fundador de Microsoft participó en la cumbre de Cannes como invitado especial del presidente Sarkozy para presentar un informe sobre la financiación del desarrollo que incluye la aplicación de una tasa financiera. Segun Gates, una pequeña tasa del 0,10% sobre las transacciones de acciones o del 0,02% en las de bonos reportarían 48.000 millones de euros en los países del G-20 o 9.000 si solo se aplicara en los mayores países europeos. Una aplicación más amplia reportaría de 100.000 a 250.000 millones de dólares, segun el millonario.

Fue el propio Sarkozy quien sembró la confusión sobre un posible apoyo de Barak Obama a esta tasa. En una comparecencia conjunta Sarkozy afirmó que creía haber encontrado con el líder americano un «común análisis sobre como lograr que el mundo de las finanzas contribuya a resolver la crisis actual». El equívoco fue de tal dimensión que la Casa Blanca se vio obligada a puntualizar. «El presidente comparte los objetivos que la cancillera Merkel y el presidente Sarkozy tienen de garantizar que el sector financiero contribuya con una cuota apropiada a la resolución de la crisis», explicó el consejero de la Casa Blanca, Michael Froman.

EL ÁMBITO / Pero entre la UE y EEUU existe una diferencia de «enfoque». Mientras EEUU propone una tasa para los grandes bancos, Bruselas reclama una tasa a las transacciones financieras que podría recaudar 55.000 millones de euros al año solo en la UE, aclaró Froman.