La encrucijada socialista

La irrupción de Ros divide al PSC al interferir en la campaña de Chacón

José Montilla habla con Miquel Iceta, en primer plano, durante la reunión de la ejecutiva del PSC del pasado lunes.

José Montilla habla con Miquel Iceta, en primer plano, durante la reunión de la ejecutiva del PSC del pasado lunes.

ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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Que Àngel Ros iba a postularse para liderar el PSC no era ninguna sorpresa en el partido. Como él dijo el pasado lunes -el día que dio el paso- lo había hablado con numerosos miembros de la ejecutiva. De hecho, algunos de sus compañeros ya explicaban hace unos meses que la decisión forma parte de una estrategia de largo recorrido en la que el objetivo final no es ser el primer secretario, sino ganar peso en la nueva dirección y, sobre todo, perfil político y mediático a escala nacional cara a una futura candidatura para presidir la Generalitat en el 2014.

Pero otra cosa es cómo ha sentado en un sector destacado de la dirección socialista el momento escogido por el alcalde de Lleida para salir a escena, coincidiendo en día y semana con el arranque de la precampaña de Carme Chacón para el 20-N. El anuncio se produjo pocas horas después de que en la reunión quincenal de la ejecutiva, en la que Ros no comentó nada, se designase formalmente a la ministra como cabeza de cartel del PSC. Este sábado, el consejo nacional la proclamará oficialmente y el domingo vivirá su primer baño de masas con motivo de la tradicional fiesta de la Rosa de Gavà (Baix Llobregat), que contará también con Alfredo Pérez Rubalcaba.

INTERFERENCIA / «Muchos militantes no le perdonarán que haya antepuesto su interés personal a los del partido», aseguró ayer a este diario un dirigente socialista temeroso de que el debate precongresual interfiera en unas elecciones en las que el PSC, tras dos debacles consecutivas en las urnas, se juega la vida. Consciente de ello, Ros insistió el lunes en que, a partir de ahora se dedicará a «ganar en Catalunya las generales». «Ha de ser nuestra prioridad en los dos próximos meses», dijo en una entrevista con EL PERIÓDICO.

El entorno delpaer en capde Lleida esgrimió la necesidad de Ros de contar con más tiempo para explicar sus propuestas que otros aspirantes más conocidos. El mismo motivo que llevó en julio a postularse a Joan Ignasi Elena, el candidato de los obiolistas de Nou Cicle. El adelanto de las elecciones dejaba poco margen y entre el 20 de noviembre y la fecha de celebración del 12º congreso, que se hará entre el 16 y el 18 de diciembre, media menos de un mes, recordaron estas fuentes.

LLUEVE SOBRE MOJADO / Los más críticos con la dirección celebraron la candidatura y recordaron que llueve sobre mojado, ya que las municipales del 22-M obligaron también a aplazar el cónclave, en aquella ocasión con el beneplácito de Ros y el resto de alcaldes. A diferencia de entonces, el calendario precongresual está ya en marcha y se mantiene. Así, el domingo concluye el primer plazo para presentar enmiendas a la ponencia marco y en breve se empezará a elegir a los delegados.

«Era inevitable que ambos procesos se solapasen», indicó ayer un diputado. Pese a ello, el aparato del PSC, aún bajo el control de José Montilla, esperaba retrasar al máximo este momento que, ahora, «ya es imposible de frenar», en palabras de otro dirigente que daba por hecho la postulación de nuevos candidatos en los próximos días.

NAVARRO Y TURA / Desde el entorno del alcalde de Terrassa, Pere Navarro, vinculado a la actual cúpula, se aseguró que ya ha decidido dar el paso, pero esperará a que concluya este primer maratón de la precampaña. Tampoco se descarta que otros integrantes del sector más catalanista del PSC, como Montserrat Tura, se unan al carro. «Saben que no tienen el apoyo de los delegados que votarán en el congreso, pero es el momento de marcar perfil de puertas hacia fuera», opinó un miembro de la ejecutiva. Hasta Miquel Iceta, viceprimer secretario y el aspirante con más apoyos reales para suceder a Montilla, podría estar planteándose un cambio de planes y postularse antes de lo previsto. Ayer, de momento, dijo que seguirá «esperando».