Un obstáculo para Rajoy en el camino a la Moncloa

La encuesta que ayer publicó EL PERIÓDICO da un poco de aliento a los socialistas: no solo se ha detenido el descenso de todos los indicadores de situación del PSOE, sino que, además, consiguen dar la vuelta a alguno. Parece que el paso atrás de José Luis Rodríguez Zapatero y la entrada de Alfredo Pérez Rubalcaba ha sacudido la escena preelectoral. El desgaste del presidente del Gobierno sigue intacto, los ciudadanos siguen siendo muy críticos y en buena parte lo hacen responsable (a él y su política) de los malos resultados que el PSOE ha tenido en las elecciones municipales y autonómicas del 22-M .

Los españoles siguen valorando muy negativamente la situación política y económica de España, con los mismos niveles o peores que los de los últimos dos años. Así pues, con una percepción de la situación del país tan negativa como lo era a finales del año pasado, no parece atrevido concluir que la mejora relativamente espectacular del PSOE respecto a ese momento tiene que ver con el cambio de liderazgo. Se constata que Rubalcaba, sin que suscite grandes entusiasmos, genera más confianza que su antecesor e, incluso, más simpatías que su rival Mariano Rajoy, a quien la gran mayoría de españoles ya da por ganador. La mayor parte cree que Rubalcaba será un buen candidato, muchos consideran que sería un buen presidente y son más los que le preferirían a Rajoy. El vicepresidente supera la valoración del líder del PP en todos y cada uno de los segmentos de población (lógicamente exceptuando los votantes del PP) y le falta menos de una décima para obtener el aprobado. Parece que Rubalcaba no solo ha parado el descenso, sino que incluso ha recuperado la confianza de algunos que dudaban, o que directamente se mostraban dispuestos a abstenerse o votar otras opciones políticas. Los socialistas han mejorado su fidelidad de voto (del 50% al 62%) y han añadido simpatías procedentes de otros partidos y de la abstención (que eran residuales en diciembre). Eso sí, no consiguen mover ni un voto del PP, que tiene una fidelidad del 90% de sus votantes.

El partido de Rajoy tiene todos los indicadores electorales de cara y su electorado muy movilizado, además de la creencia generalizada de que ganará las próximas elecciones. Aun así, parece que el cambio de líder en el PSOE le hará el camino a la Moncloa un poco más difícil.