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El recelo de CiU a un acuerdo local con el PSC acerca a Albiol a la alcaldía

TONI SUST
BARCELONA

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El PPC empezó ayer a disfrutar de sus buenos resultados en las elecciones municipales con los ojos puestos en varias localidades, especialmente Barcelona, Badalona, Tarragona y Castelldefels. Y casi todas las miradas se dirigen al candidato en Badalona, Xavier García Albiol, el más votado en la tercera ciudad de Catalunya. De entrada, todo apuntaba a que por bueno que fuera su resultado no lograría ser alcalde, por el rechazo que su duro discurso en contra de la inmigración ilegal suscita en el resto de los partidos. Pero la votación del domingo ha llevado a CiU y a su responsable local, Ferran Falcó, a reflexionar sobre lo que ha pasado en los últimos cuatro años.

Falcó declaró ayer que su partido no hará alcalde a Albiol, pero expresó serias dudas sobre la posibilidad de una alianza con el PSC del alcalde en funciones, Jordi Serra, e ICV para gobernar la ciudad. Pidió a socialistas y ecosocialistas que se mojen y propongan algo más que un acuerdo en contra de Albiol. Falcó considera que es imprescindible que el nuevo equipo de gobierno tenga un «relato», un proyecto propio. Si no es así, no tiene claro que puede prosperar, máxime cuando ICV prefiere prestar su apoyo quedando fuera del gobierno del consistorio.

De no cuajar este plan, los cuatro concejales de la federación podrían votar a Falcó, permitiendo que los 11 que tiene Albiol le den la vara de mando. El nacionalista subraya que si eso sucediera no sería CiU quien lo haría alcalde, sino los badaloneses que lo han votado. Tanto en CiU como en el PPC se siguió insistiendo en que no habrá cambio de cromos entre Barcelona y Badalona, pero los enfoques no son exactamente iguales. Los nacionalistas desligan lo que pueda pasar en Badalona de los casos de Barcelona y Tarragona. Si CiU impide gobernar a Albiol, los populares lo considerarían un gesto hostil que influiría en negociaciones posteriores. Albiol se mostraba ayer relajado y esperanzado, y apeló al voto registrado (ganó en 28 de los 34 barrios de Badalona) para que la federación no le haga la zancadilla. «Confío en que CiU respetará la voluntad de los ciudadanos», manifestó a este diario. El candidato popular ha visto cómo la situación cambiaba a su favor tanto en su ciudad como en su partido. Cuando Alicia Sánchez-Camacho se convirtió en presidenta del PPC, en el 2008, el jefe de filas en Badalona se quedó sin cargos en la dirección. Ahora es el rey.

PRIMERAS PROPUESTAS / El PPC está pendiente de concretar en resultados prácticos sus buenos resultados en Barcelona y Tarragona. En la capital catalana, Alberto Fernández Díaz propuso ayer mismo a Xavier Trias un pacto de gobierno. El nacionalista lo declinó educadamente, pero los populares tienen mucho que decir y no solo en el consistorio, también en la diputación barcelonesa, en la que suman la mayoría absoluta con CiU, aunque también el PSC puede llegar a ser el socio de los nacionalistas. En Tarragona, la estadística apunta a un reparto de la alcaldía entre CiU y el PPC.

Los populares cuentan con una lista de plazas en las que esperan obtener réditos de los resultados cosechados el 22-M. En primer lugar, aquellas en las que han sido el partido más votado: Badalona y Castelldefels. En Tarragona la situación es distinta. Tras empatar casi a votos con CiU, ambos cuentan con siete concejales, que suman la mayoría absoluta, y amenazan con dejar sin la alcaldía al socialista Josep Fèlix Ballesteros. A la vista de lo ajustado del resultado y de que las dos fuerzas ya gobernaron juntas en la ciudad, la posibilidad de un reparto del mandato de la alcaldía no parece nada descabellada. Esta vez el PPC no podrá incluir la Diputación de Tarragona, donde populares y nacionalistas gobernaron juntos los últimos cuatro años, porque CiU logró la mayoría absoluta en esa institución.

El PPC espera alcanzar acuerdos con CiU y con el PSC en varias localidades en las que suman la mayoría absoluta. Con los nacionalistas, por ejemplo, en Igualada y Manresa, entre otras localidades. Con los socialistas, en Badia, Esplugues y Barberà, también entre otros casos.