entrevista con el 'CONSELLER¿ DE CULTURA'

Ferran Mascarell: «Algunos del PSC sabrán por qué son más papistas que el Papa»

Convencido  Ferran Mascarell, antes de realizar la entrevista, ayer en la sede de la Conselleria de Cultura

Convencido Ferran Mascarell, antes de realizar la entrevista, ayer en la sede de la Conselleria de Cultura

NEUS TOMÀS
BARCELONA

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Ferran Mascarell (Sant Just Desvern, 1951) es el único conseller que esta semana ha regresado a un despacho que ya había ocupado. Incluso sus excompañeros del PSC le reconocen los méritos como gestor cultural, aunque eso no significa que le hayan perdonado.

-¿Qué le dijo Artur Mas para convencerle?

-Esencialmente lo que me dijo es que quería un Gobierno en el que la cultura tuviese importancia y en el que se potenciase este ámbito.

-¿Y a cambio le pidió algo?

-No, le dije que la única manera de hacer lo que me pedía era contando con su implicación.

-De lo que se ha dicho de usted estos días, ¿qué es lo que le ha reconfortado y lo que más le ha dolido?

-Estoy reconfortado por el reconocimiento del sector cultural y por que la experiencia acumulada en este ámbito servirá para desplegar una acción de gobierno. Significa que el trabajo realizado no ha sido en vano. Y lo que menos me ha gustado es el análisis que han hecho algunas personas del PSC porque, en vez de capitalizar la tarea hecha por una persona que participa de una visión socialdemócrata y catalanista, lo que han hecho es focalizarlo como un debate moral bastante impropio de los tiempos que corren. Incluso lo han planteado más como una cuestión de carnets que de ideas, cosa que me parece bastante antigua y arcaica.

-Pero tiene previsto devolver el carnet del PSC, ¿no?

-Sí, si así lo piden, que nadie sufra.Si el carnet es la pieza clave lo devolveré. No esperaba que el debate fuese este; lo entendería más si fuese un debate intelectual. Por otra parte, ya es conocido que desde hace años he ido escribiendo y diciendo cosas más propias de una mentalidad que se puede definir como independiente.

-¿Y se imagina algún día con carnet de Convergència?

-No, creo que después de esta experiencia estaré mucho tiempo sin carnet.

-¿Aspiraba a ser el candidato socialista a la alcaldía de Barcelona?

-Yo publiqué un artículo en el mes de junio y a partir de entonces se organizó una secuencia bastante imprevisible: desde muchas personas que me decían «deberías intentarlo» hasta yo mismo, en algún momento, diciendo que si existía la posibilidad, lo haría. Pero también expliqué que no se trataba de hacer una competición con Jordi Hereu sino de ver si existía alguna posibilidad. Hereu dijo que él continuaba. Mientras, se han producido movimientos enormemente barrocos que francamente no me parecieron acertados ni constructivos.

-¿Es entonces cierto que el PSC veía con buenos ojos que usted se postulase? ¿Se lo dijeron alguna vez?

-Si hablo de procesos barrocos es porque he oído decir tantas cosas...No, yo nunca escuché decir esto de la manera en que se ha dicho ahora.

-Pero incluso un excompañero suyo en el Ayuntamiento le ha acusado de prepararse para unas primarias mientras negociaba con Mas.

-Sobre lo que vayan diciendo unos y otros, ellos sabrán. Merecen toda mi consideración, pero no tengo ganas de entrar. Ellos sabrán por qué son más papistas que el Papa.

-En todo caso, la conclusión es que cree que Hereu no es el mejor candidato del PSC para Barcelona.

-Mi opinión ya es conocida pero como conseller no me corresponde. Además, parece ser que no tengo carnet.El Ayuntamiento tiene un gran potencial y en la esfera cultural se ha hecho un gran trabajo. Espero que en las elecciones gane el mejor.

-Usted tuteló el programa electoral de cultura del PSC. ¿Tan parecido es al de CiU que se ve capaz de aplicar cualquiera de los dos?

-Sí, porque los dos han bebido de las mismas fuentes. Catalunya, desde su constitución, tiene que ver con la cultura. Es un elemento en la construcción del catalanismo. Al acabar el franquismo, los déficits no eran de derechas o de izquierdas. Algunos se han resuelto y los que quedan pendientes tienen soluciones que son únicas. Porque si faltan bibliotecas faltan bibliotecas. La mayoría de las cosas pendientes, más allá de acentos, son compartidas. El programa de CiU no es tan distinto del que llevo a mis espaldas.

-O sea, que podrá convencer a sus compañeros de que Eduardo Mendoza es cultura catalana.

-Seguro que nos podremos convencer de muchas cosas y hay mucha gente que quiere bien a Mendoza y su papel en la cultura catalana.

-Uno de los elementos estratégicos, los medios de comunicación, pasa a Presidència. ¿Por qué?

-Es estratégico desde el punto de vista de industria audiovisual y los aspectos que a mí me interesaban los mantendré. El resto, que básicamente afecta a las subvenciones, ya no me los propusieron cuando me ofrecieron venir.

-En cambio le han tocado las polémicas multas a los comercios que no rotulen en catalán. ¿Qué hará?

-Soy partidario de poca sanción y mucha convicción social. Pero en aquellos ámbitos donde la sanción exista como solución final no me parece mal ni creo que haya que descartarla.

-¿Se puede desplegar la ley del cine sin consenso con las majors?

-Sí, se puede hacer, aunque teniendo en cuenta el vínculo entre la exhibición cinematográfica y las majors se hará con mucha dificultad. Pero si ellas no entran tendremos que mantenerlo igualmente, no podemos renunciar a que haya una parte sustancial del cine en catalán. Y yo soy partidario de que con el tiempo y de manera progresiva domine la versión original.

-Joaquim Nadal, un exconseller con el que usted compartió Govern, le augura problemas de conciencia en esta nueva etapa.

-¿Cuántas veces no ha tenido él en los últimos años un problema de conciencia? ¿Quién en política no lo ha tenido? Si él me asegura que no ha tenido ninguno, no me lo creo.

- Por lo tanto, lo suyo no es muy distinto de lo del tripartito.

-Exacto.