PLENO DE CONSTITUCIÓN DE LA CÁMARA CATALANA

CiU da cancha al PP y aísla a ICV y ERC en el inicio de la legislatura

NEUS TOMÀS / JOSE RICO
BARCELONA

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La democristiana Núria de Gispert se convirtió ayer en la primera mujer que preside el Parlament de Catalunya. La novena legislatura inició su andadura con una imagen también inédita en la historia de la Cámara: el PP estará situado en el centro del hemiciclo y no en un lateral como hasta ahora. Sus 18 diputados compartirán espacio con los 62 de CiU y se beneficiarán así del plano de televisión más buscado. El metafórico viaje al centro que pregonaba Josep Piqué se ha hecho al fin realidad, al menos físicamente, y ayer, justo detrás de Artur Mas, se podía ver a una exultante Alicia Sánchez-Camacho. CiU asegura que su gesto de generosidad hacia el PPC es gratuito y que hay que interpretarlo solo como una muestra de buena voluntad.

En cambio, los partidos de izquierda, PSC, ERC e ICV-EUiA, lejos de creer en la buena fe convergente, lo consideran una maniobra de los nacionalistas para asegurarse una abstención de los conservadores que permita a Mas salir investido como presidente en la segunda votación, prevista para el próximo jueves. Y eso que los socialistas no descartan que ellos también acaben absteniéndose en esa misma sesión.

ERC e ICV-EUiA también ven más que sospechosa la elección del popular Jordi Cornet como secretario primero de la Mesa. Fuentes del PPC insistieron en que su mayor protagonismo es «de sentido común», al ser ahora la tercera fuerza del Parlament, y que no debe vincularse con el pleno de investidura de Mas. En cambio, sí reconocieron que han negociado ya con CiU el reparto de presidencias de comisiones (un cargo que conlleva mayor sueldo para el diputado que lo ostenta) y de despachos, y la ubicación en el hemiciclo.

REPARTO DE VOTOS / Aritméticamente, el pacto que sí se plasmó en las votaciones fue el de los tres grupos mayoritarios (CiU, PSC y PPC) para blindar su presencia en el órgano de dirección de la Cámara. Los diputados populares fueron los más generosos, pues cedieron votos a nacionalistas y socialistas. En concreto, seis apoyos a De Gispert, tres al convergente Lluís Corominas (vicepresidente primero) y otros seis al socialista Higini Clotas (vicepresidente segundo). El PSC solo tuvo que prestarle seis votos a la nueva presidenta del Parlament. Y CiU hizo la jugada que enfureció a ICV-EUiA y ERC al regalarle 10 respaldos a los conservadores para que Cornet se aupase a la primera secretaría de la Cámara.

La segunda secretaría correspondió a la socialista Montserrat Tura, cuyo gesto contrariado dio pábulo a distintas lecturas. La primera, negada por fuentes del partido, es que la exconsellera aspiraba al puesto que se ha quedado Cornet. Fuentes del PSC aseguran que desde un principio estaban claras las dos plazas que les correspondían y que la secretaría que les tocaba era la segunda. Otra interpretación es que la cara de Tura respondía a su mal humor por tener que asistir al ascenso de De Gispert. La tensión entre ambas viene de lejos. La dirigente socialista relevó a la democristiana como consellera de Interior cuando hace siete años se configuró el primer tripartito. De Gispert, visiblemente emocionada, aseguró que aportará su visión femenina al ejercicio del nuevo cargo. «Las mujeres, salvo algunos casos, hasta ahora no hemos escrito la historia. Pero queremos escribirla a partir de ahora», proclamó.

La sucesora de Ernest Benach prometió ser una presidenta «accesible, llana, institucional y cercana». La intervención de la democristiana no estuvo exenta de carga política al subrayar que el «digno, sufrido y lúcido» pueblo de Catalunya reclama «seriedad, rigor y sentido común», y vaticinó que la nueva etapa estará marcada, entre otros elementos, por una relación «nueva o diferente» entre Catalunya y España.

DÍA DE ESTRENOS / Para 39 diputados, el de ayer fue un día de estreno, ya que debutaban en la institución. Con diferencia, el que despertó mayor expectación fue el expresidente del Barça Joan Laporta, perseguido en todo momento por cámaras y fotógrafos. Su paso por el Parlament puede dejar muchos titulares y ya está dando dolores de cabeza a su compañero del Grupo Mixto, Ciutadans. Los antinacionalistas están atados de pies y manos por los independentistas, que tienen la mayoría (cuatro contra tres) y pueden decantar a su favor todas las iniciativas del grupo.

En este contexto, Rivera jugó ayer dos bazas a la espera de una contrapartida de la nueva Mesa. Primero, apoyó con sus tres escaños a De Gispert, Clotas y Cornet, y después se apresuró a elogiar la composición final del órgano por tener un perfil «moderado» y «menos nacionalista» que la Mesa que dirigía el tripartito. Su objetivo es ganarse el afecto de CiU, PSC y PPC para conseguir que modifiquen o reinterpreten el reglamento de la Cámara y, así, poder disponer de más autonomía en un Grupo Mixto tan antagónico.