Tres vías llenas de trabas

A la izquierda aberzale le espera un espinoso camino si quiere volver al juego democrático. Con la ley de partidos en la mano y asumiendo la reforma de la ley electoral que el PSOE y el PP están tramitando en las Cortes, los herederos de Batasuna van a tener que demostrar con muchos hechos su voluntad de separarse de ETA. Aunque tienen hasta cuatro andenes para tomar el tren de las elecciones municipales del 2011, el precio de todos los billetes son muy caros.

Primera vía: Batasuna registra un nuevo partido. La ley de partidos compete al Ministerio del Interior y a la fiscalía a anular la candidatura si se la considera «continuación o sucesión» de un partido que ha sido ilegalizado, una medicina que algunas marcas nuevas de Batasuna ya han probado. Para demostrar la relación entre ambos partidos, la justicia se fija en sus estructuras, en los miembros que integran las listas y, por supuesto, en si condenan o no la violencia.

Paradójicamente, la condena de la violencia no está explícitamente estipulada en la ley de partidos como condición imprescindible para ser legal. La norma, en cambio, sí pone otras exigencias, por otra parte bastante lógicas. «Apoyo político, expreso o tácito a la violencia; fomento de la cultura del enfrentamiento civil; doble militancia en organizaciones terroristas de un amplio número de afiliados; promoción de actividades que recompensen u homenajeen acciones terroristas».

Pero el Gobierno y la fiscalía pueden considerar insuficiente el cumplimiento de estas exigencias y reclamar, además, un pronunciamiento claro en contra de la banda. La policía y la Guardia Civil se encargarán de aportar las pruebas para decantar la balanza. Pero, incluso si no da el paso, cualquier acusación particular personada en las diligencias del sumario de Batasuna -como la AVT- puede recurrir al Código Penal. El artículo 520 las faculta para solicitar la suspensión de una marca.

Agrupaciones o infiltrados

Segunda vía: Batasuna se presenta a través de agrupaciones de electores. Está abocada al fracaso, y hay precedentes con la izquierda aberzale. La ley electoral permite al Ejecutivo y a la fiscalía interponer un recurso si entienden que una lista es heredera de otra disuelta.

Tercera vía: Batasuna infiltra candidatos en listas legales, como las de EA. Se trata de una opción hoy por hoy inédita que obligaría a la justicia a identificar uno por uno a los miembros de la candidatura. Es una finta de riesgo para EA, que se jugaría la ilegalización.