MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES

TRINIDAD JIMÉNEZ: "Haré del respeto mi principal herramienta"

MAYKA NAVARRO

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Hasta el apuntador lloró ayer por la tarde en el patio del palacio de Santa Cruz, la preciosa sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en pleno centro de Madrid.Curro, que no es otro que Miguel Ángel Moratinos, no pudo contener las lágrimas cuando se despidió de su gente tras un discurso en el que detalló con entusiasmo y orgullo los principales logros de sus seis años y medio al frente de la cartera. Lo tuvo difícil su sucesora en el cargo, Trinidad Jiménez, para mantener el clima de emoción en un patio abarrotado. Optó por la sencillez en sus palabras y por asegurar que la suya será una política «continuista» que hará «del respeto y el diálogo» sus principales herramientas.

Jiménez ha vuelto a casa. Al ministerio del que salió hace año y medio para ocuparse con éxito de la gestión de Sanidad. Ella, como muchos, se emocionaron al escuchar a un cercano y tierno Moratinos que tuvo el detalle, otro más, de nombrar uno a uno a los miembros del grupo de escoltas del Cuerpo Nacional de la Policía que lo han «protegido» durante estos años. Y tampoco se olvidó del equipo de protocolo que controla

-aseguró y advirtió a su sucesora- «la mejor cocina de este Gobierno».

Con esa sonrisa tan dulce y natural que Jiménez acostumbra a llevar tatuada en el rostro, la melena rubia suelta, un collar de perlas, un vestido negro y una chaqueta de cuadros, la nueva ministra se mostró «emocionada y orgullosa» de la nueva responsabilidad que le ha otorgado el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. También tuvo delicadas palabras para su antecesor, quien en varias ocasiones la agarró por la cintura para plantarle cariñosos besos. «Es un gran político, pero de una extraordinaria calidad humana», dijo Jiménez, corroborando lo que muchos de los presentes pensaban. Que más allá de la figura política, Moratinos es una persona muy querida y excepcional.

«Vuelvo a casa», dijo radiante Jiménez. Y tras alabar el trabajo de su predecesor, apuntó como una de sus prioridades «reforzar» la presencia de España en Asia, especialmente en el plano económico. Tampoco se olvidó de Marruecos, país al que dedicó unas palabras para asegurar que se debe mantener la actual política de colaboración.