REACCIONES TRAS LA TOMA DE POSICIÓN DEL EMPRESARIADO

Solo CiU suscribe el llamamiento del Cercle d'Economia

Montilla saluda a un participante en el Congrés de la Gent Gran, en Cornellà.

Montilla saluda a un participante en el Congrés de la Gent Gran, en Cornellà.

TONI SUST / NEUS TOMÀS / Barcelona

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Los partidos catalanes respondieron ayer al doble llamamiento formulado el miércoles por el Cercle d'Economia. El lobi emplazó a las fuerzas políticas -se entiende que esencialmente a CiU y el PSC- a unir esfuerzos para forzar un nuevo pacto constitucional que zanje «el malestar extendido» en Catalunya y reclamó que el Govern que salga de las urnas el 28-N sea sólido para que pueda afrontar decisiones impopulares para reflotar la economía.

La entidad solo recibió un aplauso sin matices: el de CiU. Eso sí, un aplauso más que rotundo. Al líder de la federación nacionalista, Artur Mas, le gustó que le preguntaran por ello. Satisfecho, declaró: «En términos generales, nos sentimos cómodos e identificados con la música y con gran parte de la letra [de las peticiones del Cercle d'Economia]. Es un buen toque de atención». Su únicoperofue el riesgo de que el PSOE y el PP pacten una modificación constitucional que perjudique a Catalunya, pero el lobi no iba por ahí. Además, el jefe de la oposición sacó petróleo declarativo de la sola mención de la Carta Magna: más que reformarla, dijo, a veces se trataría tan solo de interpretarla sin cerrazón, lo que, «por ejemplo», permitiría, continuó, conseguir una fórmula equivalente al concierto económico del que gozan Euskadi y Navarra.

EL CONCIERTO / Al candidato no le amilana nadie cuando se trata de defender esta fórmula. Es de suponer que ni siquiera el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, quien ayer rechazó los argumentos de CiU y subrayó que el concierto no está contemplado ni en la Constitución ni en el Estatut, lo que impide debatir la propuesta convergente.

En cuanto al segundo punto del documento del Cercle d'Economia, el que pide un Govern fuerte que actúe correctamente, Mas se dio por aludido, y con alegría: «No nos sentimos lejanos de esos propósitos». El nacionalista aplaudió incluso que entidades como esta «digan las cosas por su nombre» y no se acobarden. Y de paso aprovechó para subrayar que la Cámara de Comercio ha protestado de nuevo porque considera que la inversión en infraestructuras en Catalunya no cumple con el Estatut: «CiU lo dice cada año».

Pero si la federación dio una todo al Cercle d'Economia, el resto de los partidos no asumieron ambos o alguno de los dos mensajes enviados por el colectivo que preside Salvador Alemany. Desde luego, los socios del tripartito no compraron la petición de un Govern fuerte por entender que aceptarla equivale a admitir que el actual es endeble. Y el PPC, como era de esperar, advirtió de que no es tiempo de revisar la Constitución. Su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, se mostró respetuosa con el lobi, pero afirmó que la prioridad es salir de la crisis económica.

Con todo, los socios del tripartito analizaron cada uno a su manera y conveniencia el documento. El PSC se limitó a expresar el respeto por la opinión del lobi empresarial y evitó posicionarse, consciente de que cuando el Cercle d'Economia reclama que el próximo Govern «reconduzca las finanzas públicas» ataca directamente la gestión del tripartito. Los socialistas, tras analizar las peticiones de los empresarios, decidieron que preferían quedarse al margen, no entrar en debates constitucionales y centrar sus ataques en las propuestas de CiU.

Elpresident, José Montilla, aprovechó su discurso en el sexto Congrés de la Gent Gran que se celebra en Cornellà para advertir a los pensionistas de que si gana Mas pueden peligrar determinados servicios sociales. «Tenemos que estar alerta. Que los cantos de sirena sobre posibles reducciones de la Administración, que hemos escuchado recientemente en diferentes foros, no escondan una reducción de servicios y, como consecuencia, un perjuicio claro hacia la orientación humana de la política respecto de los servicios del bienestar y de la atención a las personas mayores», alertó.

Horas después y en el mismo foro, Mas, que asegura que su pretensión de reducir la Administración catalana se limita a los altos cargos, le reclamó que no cause miedo de forma «grosera e injustificada». El voto del jubilado es uno de los más preciados por los partidos, especialmente por socialistas, convergentes y populares. Mas insistió ayer en aclarar su propuesta y aseguró que el primer secretario del PSC «no ha entendido nada»: «Lo que adelgazaremos, si gobernamos, son muchos de los cargos entregados a militantes del tripartito. Y lo haremos en los primeros días».

LOS SOCIOS / Esquerra, que durante estos siete años ha intentado superar la desconfianza de los empresarios, marcó perfil propio al subrayar que los republicanos creen que la reforma constitucional que defiende el Cercle d'Economia no serviría de nada y que Catalunya debe aspirar directamente a la independencia.

En cambio, ironías de la vida, el tercer socio del tripartito, Iniciativa, sí está por la modificación de la Carta Magna, con lo que, por lo menos en eso, casa bien con el deseo de los empresarios. De hecho, el candidato de ICV apresident, Joan Herrera, instó al resto de los partidos a plantearlo como un requisito imprescindible para llegar a cualquier pacto con el PSOE o el PP en el Congreso.

De todas formas, las relaciones de la izquierda con los empresarios viven momentos complejos. Lo que se aprecia por un detalle de la próxima campaña. El Círculo Ecuestre, como suele, acogerá actos de todos los candidatos. Casi todos. Herrera sí acudirá; Montilla, no. Según su partido, por problemas de agenda.