La declaración

Castells: «No sufrí presión de Millet»

El 'conseller' de Economia, Antoni Castells.

El 'conseller' de Economia, Antoni Castells.

J. G. ALBALAT / R. JULVE
BARCELONA

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«Una relación estrictamente institucional». El titular del Departament d'Economia, Antoni Castells, definió así ante la jueza su relación con el expresidente del Palau de la Música, Fèlix Millet. A preguntas sobre el polémico hotel de Ciutat Vella, el conseller, que compareció como testigo, quiso desterrar cualquier atisbo de camaradería con el imputado –«en ningún caso» se consideró su amigo– y defendió que si firmó el convenio que permitía sacar adelante el establecimiento fue porque se trataba de una operación «intachable» que era «buena para la ciudad, para el interés público» y de la que la Generalitat no salía perjudicada. Este es un extracto de su declaración, celebrada el 21 de junio, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO:

–¿Conoce un convenio entre la Fundació Palau de la Música y la Generalitat el 8 de marzo del 2006 que hacía referencia a una transferencia de aprovechamiento de fincas?

–Sí. El convenio lo que prevé es una operación en virtud de la cual se hace una permuta de usos entre una finca de la Generalitat, que tiene uso residencial, por otra no sé si en aquel momento ya de la fundación del Palau o de La Salle Condal, que tiene la calificación de equipamiento, con la compensación correspondiente a la diferencia de valores.(...) Y se hace porque se piensa que es una operación que tiene un interés público, para la ciudad, y para el Palau. Yo debería tener conocimiento [de la operación] (...) algunos meses antes de que se firmara el convenio. Eso llega a la Generalitat a través de García Bragado, que tiene toda la lógica porque era a la vez secretario general de Presidència y había estado en el ayuntamiento. Él se preocupa y se dirige a Economia por una razón instrumental, porque Economia tiene la responsabilidad de la dirección general de patrimonio y la finca es de la Generalitat. Por tanto, se dirigen a mi directora general. García Bragado le explica la operación y le dice: «Hombre, convendría que hiciéramos posible esta operación».(...) Lo que hace la conselleria es hacer un convenio garantista que no sea lesivo para la Generalitat (...).

–Se previó una compensación económica por la pérdida de valor...

–El convenio establece en un primer punto: se compensará por la diferencia de valor (…) La Generalitat debe recibir exactamente la diferencia de valor que tenía la finca antes de hacer la permuta y después de hacerla. Segundo punto, y eso queda establecido en el anexo del convenio, se establecen criterios muy estrictos. Y se dice: la valoración fija unos mínimos. Cómo mínimo se dará a la Generalitat el 30% de 12 millones (…), y se fijan porcentajes crecientes según el valor de mercado. Tercero, se dice que se habrá de pagar dentro de los seis meses siguientes a la aprobación de la permuta. Y cuarto, importantísimo, se fija una garantía, se afianza el pago. Si no se paga, la Generalitat se convierte en propietaria del suelo. De manera que para la Generalitat es una operación completamente interesante. La Generalitat dice: hago una operación en virtud de la cual cambio un uso potencial que nunca realizaré por otro y además me pagarán una cantidad que ahora fijamos en 5,6 millones.

–¿La Generalitat tuvo conocimiento de la cesión de la propiedad sobre aquellas fincas de la fundación a Olivia Hotels?

–No. Yo soy responsable de la firma. Pero el convenio no surte efectos inmediatos. Las obligaciones requieren acuerdos posteriores (…) que no los tomo yo. En el momento en que se procede al cambio de usos, yo ya no intervengo.

–En el procedimiento consta que el aval de 5.550.000 euros no se ha llegado a pagar por parte de la empresa. ¿Tenía conocimiento de ello?

--No se ha previsto en ningún sitio que se tenga que pagar. Lo que se ha de hacer es que cuando se produce la entrada en vigor de la permuta se ha de valorar la compensación [para después] proceder al pago por parte del constructor. (...) E inmediatamente hacer el aval para garantizar el pago. ¿Qué pasa? Que en el momento en que se hace la adjudicación nosotros no somos informados. Pero (...) estamos hablando de una ejecución del convenio en la que yo no participo… Cuando nos enteramos de la adjudicación ya está aprobado el cambio de usos, requerimos el pago de compensación y ejecutamos la garantía.

–¿Cuándo supieron que la fundación no era propietaria?

–Eso se lo dirá la directora general.

–¿Le dieron prisa para firmar?

–Nadie me dio prisa para firmar. Si alguien quiso dar prisa, conmigo no lo consiguió. Fíjese en los trámites administrativos [tres años y medio].

--Durante los años 2008 y 2009, mientras se tramitaba la modificación, ¿se vio con Millet o Montull?

–Con el señor Montull yo diría con toda seguridad que no… Yo no conocía al señor Montull, yo creo que lo vi la vez que firmamos el convenio en el Palau y ya está (...) Yo no lo hubiera sabido identificar.

–¿Y el señor Millet?

–Lo he visto algunas veces, siempre me parece que por temas de la Agrupació Mútua. Con el señor Millet, tener una conversación del tema del convenio, yo no recuerdo ninguna. Y hubiera sido perfectamente normal tenerla. Pero no lo hicimos porque mi papel en el convenio es un papel absolutamente instrumental.

–(...)

–Nosotros no teníamos por qué presumir que el Palau actuaría mal ni que haría las cosas de una manera deshonesta.

–¿Alguna vez Millet le pidió alguna decisión de tipo irregular?

–Ni me lo pidió, ni yo lo hubiera tolerado. Si hubiese sido un intento de presión no lo hubiera tolerado. Si hubiera sido una decisión irregular, pues mire, a lo mejor, la jueza y el fiscal me hubieran conocido antes porque hubiera venido a ellos a explicarles que pasaba eso.