Análisis

CiU capitaliza el aumento de la desafección

Àngels Pont

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Hace unos meses, comentábamos que la opinión pública catalana estaba a punto de superar la etapa de la desafección para entrar en la fase de la crispación. Desgraciadamente, los datos que nos lo advertían a finales del año pasado han empeorado de forma más que notable durante el 2010. Ya llevamos casi dos años de análisis negativo de la situación económica y en el último año no ha parado de crecer el números de los que opinan que la situación política va a peor. Estos datos son un reflejo y una mezcla de la mala opinión de la política tanto catalana como española y, en especial, de los gobiernos de los dos ámbitos.

En Catalunya, esto lo capitaliza prácticamente en exclusiva CiU, que obtiene los mejores registros de los últimos años en prácticamente todas las variables, gracias a una fidelidad muy alta de su electorado, pero también a los trasvases de votos que le llegan del resto de los partidos. El PP e ICV-EUiA se mantienen en el ámbito autonómico, quizá gracias a un marco de tendencia al alza en el ámbito estatal. En cambio, ERC y el PSC presentan una tendencia a la baja en los dos ámbitos, especialmente en aquellos que les son más favorables: ERC en las autonómicas y el PSC en las generales. En el caso del PSC, la creciente debilidad en el escenario estatal se suma a su debilidad en el autonómico. El retroceso del PSC sobrepasa el voto dual y afecta a su votante tradicional, que busca refugio en otras opciones, el voto en blanco o la abstención. Es relevante que el retroceso de este partido vaya paralelo a un incremento más que notable de la opción del voto en blanco, que en la encuesta se erige como la tercera con más apoyo, tanto en las autonómicas como en las generales. Por lo que respecta a los minoritarios (Ciutadans, Reagrupament y Plataforma per Catalunya), ahora mismo no obtienen suficiente respaldo y no sabremos de sus posibilidades reales hasta el inicio de la campaña.

En definitiva, un escenario político que deja huérfanos a algunos, desincentiva a otros y que puede inclinar a unos cuantos hacia nuevas opciones. En cualquier caso, pone a CiU en excelentes condiciones de salida para encarar las próximas elecciones autonómicas.