El modelo de Estado

Casi la mitad de Catalunya rompería hoy con España

JOSE RICO / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

España es un mal negocio para Catalunya. A esta conclusión están llegando cada vez más catalanes, hasta el punto de que la mitad confiesan ahora que podrían canalizar esa desafección con un voto afirmativo en un referendo independentista. En el último medio año, el porcentaje de catalanes que romperían con España ha crecido en nueve puntos, y ya son más los partidarios de la independencia que los detractores. El 48,1% votaría sí; el 35,3% votaría no. Ahora bien, más allá de la efervescencia del fenómeno, los ciudadanos envían otro mensaje que, pese a no ser contradictorio con el anterior, enfría las expectativas a corto plazo. Dos de cada tres catalanes consideran inoportuno plantear ahora un referendo, es decir, que no les parece que el momento actual sea el más adecuado para experimentar con el modelo de Estado.

El dato que desprende el Barómetro Político de Verano del GESOP para EL PERIÓDICO es el mejor de todos los que se han encontrado hasta la actualidad los independentistas. No es la primera vez que el gana al no, pero la horquilla actual es la más amplia jamás conseguida. En abril del 2007, el 44,9% quería romper con España frente al 40% que rechazaba esta opción. Entonces, el debate sobre el despliegue del Estatut y la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) se hallaban en plena ebullición. Pero la temperatura del fervor independentista sube o baja en función de la coyuntura política. En diciembre pasado, después de la primera ola de consultas municipales, el secesionismo no era mayoritario, aunque se quedaba solo un punto por detrás (el 40,6%, en contra de la ruptura, y el 39%, a favor).

'EFECTO DOCUMENTAL' / En esta ocasión, el trabajo de campo se realizó los pasados 10 y 11 de junio, la misma semana que el Parlament abrió la puerta al referendo para el 2011 y los mismos días que el TC trató, una vez más sin éxito, de emitir un fallo sobre la Carta catalana. Sin embargo, la pulsión identitaria venía ya espoleada desde la semana anterior, cuando TV-3 ofreció en prime time el documental Adéu, Espanya?, en el que se exponían razones económicas para defender la independencia (el espacio obtuvo un 23,3% de cuota de pantalla). A todo ello habría que sumar los efectos de la crisis económica, con los últimos coletazos del tijeretazo del Gobierno español.

La mitad de los catalanes (51,6%) creen que el pleno del Parlament aprobará la consulta si se reúnen las firmas necesarias, algo de los que están convencidos el 59% de encuestados. Un optimismo que no impide a los ciudadanos ser realistas cuando se les plantea la pregunta clave de todo el proceso previo al referendo. ¿Lo aceptará el Estado? El 81,4% tiene claro que no. Apenas el 8,8% todavía alberga esperanzas de que sí.

ESTRATEGIA CONVERGENTE / Si comparamos este auge del sentimiento independentista con la intención de voto del barómetro, el partido con más motivos para preocuparse es ERC. Los republicanos se precipitan en las urnas a medida que CiU agranda su zurrón de votos. Y el sondeo avala la estrategia convergente del funambulismo. El líder nacionalista, Artur Mas, ha ayudado a alumbrar el referendo, pero ha advertido de que los catalanes no están «maduros» para someterse a esta prueba. Son los mismos ciudadanos quienes reconocen implícitamente esa falta de madurez, quizá porque en un plebiscito como este es mejor asegurar la victoria antes de convocarlo.